DÍA 9.
LOS PRIMEROS SÁBADOS DE MES
MES DE AGOSTO EN HONOR
AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
wOraciones para comenzar todos los días:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con el Ángel de la Paz que enseñó a los tres pastorcitos de Fátima-Lucía, Francisco y Jacinta- a rezar para desagraviar los Corazones de Jesús y de María, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran,
no esperan y no os aman. (3 veces)
***
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
w Consideración diaria.
DÍA 9.
LOS PRIMEROS SÁBADOS DE MES
La aparición del 10 de diciembre de 1925 no fue la última que recibió Sor Lucía. Escuchemos su testimonio: “En el día 15 de febrero de 1926, andaba yo muy ocupada con mis oficios y ya no me acordaba de aquello casi nada; y, yendo a arrojar un cubo de basura fuera de la propiedad, donde algunos meses atrás había encontrado a un niño; le pregunté si sabía el Avemaría, respondiéndome que sí; le mandé que la dijese para oírla yo; más, como no se resolvía a decirla solo, la dije yo con él tres veces; y, al fin de las tres Avemarías, le pedí que la dijese solo; pero, como él se calló parecía que no era capaz de decirla solo; le pregunté si sabía cuál era la Iglesia de Santa María; me respondió que sí; le dije que fuese allí todos los días y que dijese así: “Oh Madre mía del Cielo, dadme a vuestro Niño Jesús”. Le enseñé esto y entré en casa.
En ese día, volviendo yo allí como de costumbre, encontré un niño que me pareció ser el mismo; y le pregunté entonces: – ¿Has pedido el Niño Jesús a la Madre del Cielo?
El niño se vuelve hacia mí, y dice: – ¿Y tú has propagado por el mundo aquello que la Madre del Cielo te pedía?
Diciendo esto, se transforma en un Niño resplandeciente; conociendo entonces que era Jesús, dije: – Jesús mío, Vos sabéis bien lo que mi confesor me dijo en la carta que os leí; me decía que era necesario que aquella visión se repitiese; que hubiese hechos para que fuese creíble; y que la Madre Superiora sola, para propagar ese hecho, nada podía.
– Es verdad que la Madre Superiora sola nada puede, pero con mi gracia lo puede todo; y basta que tu confesor te dé licencia, y que tu Superiora lo diga, para que sea creído; aún sin saberse a quién fue revelado.
– Pero, mi confesor decía en la carta que esta devoción no hacía falta en el mundo, porque ya había muchas almas que Os recibían en los Primeros Sábados en honra de Nuestra Señora y de los quince misterios del Rosario.
– Es cierto, hija mía, que muchas almas los comienzan, pero pocas los acaban; y las que los terminan, es con el fin de recibir las gracias que a eso están prometidas; pero me agradan más las que hagan los cinco Primeros Sábados con fervor y con el fin de desagraviar el Corazón de tu Madre del Cielo, que aquellas que hagan los quince tibios e indiferentes.
wOraciones para terminar todos los días:
Terminemos nuestra oración, haciendo un acto de reparación al Inmaculado Corazón de María:
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Inmaculada Concepción de María. (Avemaría)
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Virginidad perpetua de Nuestra Señora. (Avemaría)
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres. (Avemaría)
· En reparación por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada. (Avemaría)
· En reparación por aquellos que ultrajan, desprecian y maltratan las imágenes y representaciones de la Virgen Santísima. (Avemaría)
***
CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN
de San Antonio María Claret
¡Oh, María! Madre de Dios y Madre nuestra, a Vos acudimos para consagrarnos a vuestro Inmaculado Corazón para que reines en nuestros corazones y en nuestra familia y nos ponemos bajo tu protección maternal.
Os consagramos nuestros cuerpos y nuestras almas, nuestra familia, nuestro hogar; todo cuanto somos y tenemos. Y para que esta consagración sea eficaz y verdadera, renovamos a vuestros pies las promesas que en nuestro nombre hicieron nuestros padres en el bautismo.
Renunciamos a las seducciones del mundo, enemigo de Dios y nuestro; sus criterios de riquezas, honores y placeres; sus escándalos y pecados. Renunciamos a nuestras malas pasiones y a las intrigas del demonio.
Y nos comprometemos a conservar nuestra fe, santificar nuestras costumbres y seguir los dictados del Magisterio de la Santa Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo y frecuentar los Santos Sacramentos. Amén.
***
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos de Dios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.