lunes, 29 de agosto de 2022

DÍA 30. LA GRAN PROMESADEL INMACULADO CORAZÓN

DÍA 30. LA GRAN PROMESA

DEL INMACULADO CORAZÓN

MES DE AGOSTO  EN HONOR

AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

 

wOraciones para comenzar todos los días:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Con el Ángel de la Paz que enseñó a los tres pastorcitos de Fátima-Lucía, Francisco y Jacinta- a rezar para desagraviar los Corazones de Jesús y de María, decimos:

Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.

Os pido perdón por los que no creen, no adoran,

 no esperan y no os aman. (3 veces)

***

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,

Os adoro profundamente y Os ofrezco

el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma

y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,

presente en todos los sagrarios de la tierra,

en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias

con que Él mismo es ofendido

y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón

y del Corazón Inmaculado de María,

os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.

 

w Consideración diaria.

 

DÍA 30. LA GRAN PROMESA

DEL INMACULADO CORAZÓN

La Virgen pide que se reparare su corazón, prometiendo, a quienes realicen los 5 primeros sábados de mes, “asistirles en la hora de la muerte con todas las Gracias necesarias para la salvación de sus almas.”

Si alguien se acercase a nosotros y nos preguntase como aquel joven del evangelio: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? Podríamos responderle con toda certeza: haz los 5 primeros sábados de mes, porque la Virgen nos ha dado su palabra de que nos dará las gracias necesarias para salvarnos.

Consideremos que gracias necesitaremos en el momento de la muerte. En primer lugar, para tener una buena muerte hemos de morir con una fe viva. Es por la fe en Jesucristo por la que obtendremos la salvación. Sin ella nadie puede salvarse.

En segundo lugar, necesitamos el arrepentimiento del pecado y el deseo de unión con Dios. No hay mejor forma de morir que recibiendo los sacramentos: confesión de nuestros pecados, unción de los enfermos y santa comunión.

En tercer lugar, la buena muerte es fruto de vivir confiados en la infinita misericordia de Dios y en los méritos de la Pasión de Cristo que murió y se entregó por mí, nunca en mis obras. ¡No nos salvamos por nuestras obras, sino por la pura misericordia de Dios!

Para bien morir necesitamos la virtud de la paciencia y la conformidad con la voluntad de Dios, aceptando todo lo que él permita en ese momento.

Para tener buena muerte hemos de tener magnanimidad de corazón perdonando a todos los que nos hayan ofendido, como también pidiendo perdón a aquellos que nosotros ofendimos, rogando por ellos y por su salvación.

La buena muerte ha de ir acompañada del agradecimiento a Dios por todos los beneficios que nos ha dispensado en esta vida, tanto materiales como espirituales, así como agradecimiento a todas las personas que nos han amado y cuidado.  

No es pequeña la empresa de morir bien, sobre todo porque es la última oportunidad de Satanás para arrebatarnos de la manos de Dios. Por ello, necesitamos contar con el auxilio de Dios, de la Virgen Santísima, de san José, de santo ángel custodio y de los santos.

Realmente es importante en la vida, lo que en la muerte es importante. Y, ¿qué necesitamos en el momento de morir? Materialmente nada. Solamente el amor de los nuestros. ¡Qué muerte buena y dulce, poder morir con un sacerdote a nuestro lado, rodeado de nuestra familia y amigos, contando con su oración, sus sacrificios y su afecto.

La Virgen nos promete asistirnos en hora tan importante. Hagamos los primeros sábados de mes.

 

 

 

wOraciones para terminar todos los días:

Terminemos nuestra oración, haciendo un acto de reparación al Inmaculado Corazón de María:

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Inmaculada Concepción de María. (Avemaría)

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Virginidad perpetua de Nuestra Señora. (Avemaría)

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres. (Avemaría)

·        En reparación por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada. (Avemaría)

·        En reparación por aquellos que ultrajan, desprecian y maltratan las imágenes y representaciones de la Virgen Santísima. (Avemaría)

***

CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN

de San Antonio María Claret

¡Oh, María! Madre de Dios y Madre nuestra, a Vos acudimos para consagrarnos a vuestro Inmaculado Corazón para que reines en nuestros corazones y en nuestra familia y nos ponemos bajo tu protección maternal.

Os consagramos nuestros cuerpos y nuestras almas, nuestra familia, nuestro hogar; todo cuanto somos y tenemos. Y para que esta consagración sea eficaz y verdadera, renovamos a vuestros pies las promesas que en nuestro nombre hicieron nuestros padres en el bautismo.

Renunciamos a las seducciones del mundo, enemigo de Dios y nuestro; sus criterios de riquezas, honores y placeres; sus escándalos y pecados. Renunciamos a nuestras malas pasiones y a las intrigas del demonio.

Y nos comprometemos a conservar nuestra fe, santificar nuestras costumbres y seguir los dictados del Magisterio de la Santa Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo y frecuentar los Santos Sacramentos. Amén.

***

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos de Dios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.