jueves, 11 de agosto de 2022

DÍA 12. LE MOSTRÓ SU CORAZÓN HERIDOPARA CURAR NUESTRO EGOÍSMO

DÍA 12.

LE MOSTRÓ SU CORAZÓN HERIDO

PARA CURAR NUESTRO EGOÍSMO

 

MES DE AGOSTO  EN HONOR

AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

 

wOraciones para comenzar todos los días:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Con el Ángel de la Paz que enseñó a los tres pastorcitos de Fátima-Lucía, Francisco y Jacinta- a rezar para desagraviar los Corazones de Jesús y de María, decimos:

Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.

Os pido perdón por los que no creen, no adoran,

 no esperan y no os aman. (3 veces)

***

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,

Os adoro profundamente y Os ofrezco

el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma

y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,

presente en todos los sagrarios de la tierra,

en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias

con que Él mismo es ofendido

y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón

y del Corazón Inmaculado de María,

os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.

 

w Consideración diaria.

 

DÍA 12.

LE MOSTRÓ SU CORAZÓN HERIDO

PARA CURAR NUESTRO EGOÍSMO

El gesto de la Virgen con el Corazón en su mano mostrándolo a Sor Lucía es muy elocuente para nuestro mundo actual donde el egoísmo hace que cada vez el hombre se cierre más en sí mismo buscando sus propios intereses y olvidándose de los otros.

La Santísima Virgen muestra su Corazón que nos ama y dispuesto a sufrir para curar al hombre de hoy que no quiere amar porque no quiere exponer su corazón al sufrimiento.

La Santísima Virgen nos muestra su Corazón para curar el nuestro que vive en el mundo de las apariencias y las hipocresías, cuando no en las esquizofrenias de una multiplicidad de personalidades según la moda o las circunstancias. El Inmaculado Corazón de María es una llamada a entrar en nosotros mismos, a conocer nuestro corazón, y desde ahí, construir el edificio de la santidad, que también es verdadera humanidad. Nos cuesta aceptarnos y ser sinceros, incluso hasta con nosotros mismos. Como nuestros viejos padres Adán y Eva tras el pecado, también nosotros nos escondemos de Dios, llevados por un miedo y desconfianza, que el mismo pecado produce.

La Virgen muestra su Corazón al hombre de hoy que se cree fuerte y capaz de todo, pero tiene miedo a que se descubra su debilidad y fragilidad.

El Corazón en su mano, encendido como una hoguera, es denuncia para el hombre de hoy que se resiste a vivir para lo que ha sido creado: para amar a Dios con todo su corazón.

 

wOraciones para terminar todos los días:

Terminemos nuestra oración, haciendo un acto de reparación al Inmaculado Corazón de María:

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Inmaculada Concepción de María. (Avemaría)

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Virginidad perpetua de Nuestra Señora. (Avemaría)

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres. (Avemaría)

·        En reparación por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada. (Avemaría)

·        En reparación por aquellos que ultrajan, desprecian y maltratan las imágenes y representaciones de la Virgen Santísima. (Avemaría)

***

CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN

de San Antonio María Claret

¡Oh, María! Madre de Dios y Madre nuestra, a Vos acudimos para consagrarnos a vuestro Inmaculado Corazón para que reines en nuestros corazones y en nuestra familia y nos ponemos bajo tu protección maternal.

Os consagramos nuestros cuerpos y nuestras almas, nuestra familia, nuestro hogar; todo cuanto somos y tenemos. Y para que esta consagración sea eficaz y verdadera, renovamos a vuestros pies las promesas que en nuestro nombre hicieron nuestros padres en el bautismo.

Renunciamos a las seducciones del mundo, enemigo de Dios y nuestro; sus criterios de riquezas, honores y placeres; sus escándalos y pecados. Renunciamos a nuestras malas pasiones y a las intrigas del demonio.

Y nos comprometemos a conservar nuestra fe, santificar nuestras costumbres y seguir los dictados del Magisterio de la Santa Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo y frecuentar los Santos Sacramentos. Amén.

***

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos de Dios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.