domingo, 28 de agosto de 2022

DÍA 29. SOR MARÍA LUCÍA DE JESÚS, APÓSTOL DEL CORAZÓN INMACULADO

DÍA 29.

SOR MARÍA LUCÍA DE JESÚS,

APÓSTOL DEL CORAZÓN INMACULADO

 

MES DE AGOSTO  EN HONOR

AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

 

wOraciones para comenzar todos los días:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Con el Ángel de la Paz que enseñó a los tres pastorcitos de Fátima-Lucía, Francisco y Jacinta- a rezar para desagraviar los Corazones de Jesús y de María, decimos:

Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.

Os pido perdón por los que no creen, no adoran,

 no esperan y no os aman. (3 veces)

***

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,

Os adoro profundamente y Os ofrezco

el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma

y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,

presente en todos los sagrarios de la tierra,

en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias

con que Él mismo es ofendido

y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón

y del Corazón Inmaculado de María,

os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.

 

w Consideración diaria.

DÍA 29.

SOR MARÍA LUCÍA DE JESÚS,

APÓSTOL DEL CORAZÓN INMACULADO

Lucía Dos Santos nació el 22 de marzo de 1907 en Aljustrel, junto a Fátima, Portugal. A la edad de nueve años ayudaba a la economía familiar con sus primos, los beatos Francisco y Jacinta Matos, pastoreando ovejas, como de costumbre en su pueblo. Fue entonces que recibieron la visita de la Virgen en la Cova de Iría. Más tarde, en 1921, Lucía ingresó como religiosa en la Orden de las Hermanas Doroteas. Estuvo con ellas en Tui y Pontevedra, España. En ambas ciudades tuvo importantes visitas de Jesús y de la Virgen. Recibió la Promesa de los Primeros Sábados, la Visión de la Trinidad, la petición de la consagración de Rusia. En 1948 entró en el Carmelo de Santa Teresa en Coimbra, donde profesó sus votos como carmelita en 1949, donde murió en el año 2005 a los 97 años. 

Lucía recibió la misión de ser apóstol del Inmaculado Corazón de María. “Tú te quedarás un poco más, ya que Jesús desea que me hagas conocer y amar en la tierra. El también desea que tu establezcas la devoción en el mundo entero a mi Inmaculado Corazón.” –le dijo la Virgen en la aparición del 13 de junio. Podemos preguntarnos cómo cumplió esta misión. No escogió un camino deslumbrante, sino en un vida escondida en Dios, consagrándose en la vida religiosa, en oración y sacrificio.

El rosario era su oración predilecta. Ella misma decía: “No hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario.” “Con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas.” “Con el Rosario practicaremos los Santos Mandamientos, aprovecharemos la frecuencia de los Sacramentos, procuraremos cumplir perfectamente nuestros deberes de estado y hacer lo que Dios quiere de cada uno de nosotros.”

Su vida de sacrificio fue continuación de aquel fervor con el que respondió junto con sus primos a la petición del ángel:  “De todo lo que pudierais ofreced un sacrificio como acto de reparación por los pecados cuales Él es ofendido, y de súplica por la conversión de los pecadores.”

A Sor Lucía se le puede aplicar las palabras de san Luis María Griñon de Montfort acerca de los apóstoles de los últimos tiempos: “Serán verdaderos discípulos de Jesucristo. Caminando sobre las huellas de su pobreza, humildad, desprecio de lo mundano y caridad evangélica, enseñarán la senda estrecha de Dios en la pura verdad, conforme al Evangelio y no a los códigos mundanos, sin inquietarse por nada ni hacer acepción de personas, sin dar oídos ni escuchar ni temer a ningún mortal por poderoso que sea.”

¡Seamos nosotros también apóstoles del Inmaculado Corazón de María y extendamos su devoción por todas partes!

 

wOraciones para terminar todos los días:

Terminemos nuestra oración, haciendo un acto de reparación al Inmaculado Corazón de María:

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Inmaculada Concepción de María. (Avemaría)

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Virginidad perpetua de Nuestra Señora. (Avemaría)

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres. (Avemaría)

·        En reparación por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada. (Avemaría)

·        En reparación por aquellos que ultrajan, desprecian y maltratan las imágenes y representaciones de la Virgen Santísima. (Avemaría)

***

CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN

de San Antonio María Claret

¡Oh, María! Madre de Dios y Madre nuestra, a Vos acudimos para consagrarnos a vuestro Inmaculado Corazón para que reines en nuestros corazones y en nuestra familia y nos ponemos bajo tu protección maternal.

Os consagramos nuestros cuerpos y nuestras almas, nuestra familia, nuestro hogar; todo cuanto somos y tenemos. Y para que esta consagración sea eficaz y verdadera, renovamos a vuestros pies las promesas que en nuestro nombre hicieron nuestros padres en el bautismo.

Renunciamos a las seducciones del mundo, enemigo de Dios y nuestro; sus criterios de riquezas, honores y placeres; sus escándalos y pecados. Renunciamos a nuestras malas pasiones y a las intrigas del demonio.

Y nos comprometemos a conservar nuestra fe, santificar nuestras costumbres y seguir los dictados del Magisterio de la Santa Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo y frecuentar los Santos Sacramentos. Amén.

***

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos de Dios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.