martes, 30 de agosto de 2022

DÍA 31. AL FIN, MI INMACULADO CORAZÓN TRIUNFARÁ

DÍA 31.

AL FIN, MI INMACULADO CORAZÓN TRIUNFARÁ

 

MES DE AGOSTO  EN HONOR

AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

 

wOraciones para comenzar todos los días:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Con el Ángel de la Paz que enseñó a los tres pastorcitos de Fátima-Lucía, Francisco y Jacinta- a rezar para desagraviar los Corazones de Jesús y de María, decimos:

Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.

Os pido perdón por los que no creen, no adoran,

 no esperan y no os aman. (3 veces)

***

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,

Os adoro profundamente y Os ofrezco

el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma

y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,

presente en todos los sagrarios de la tierra,

en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias

con que Él mismo es ofendido

y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón

y del Corazón Inmaculado de María,

os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.

 

w Consideración diaria.

 

DÍA 31.

AL FIN, MI INMACULADO CORAZÓN TRIUNFARÁ

“Al final mi Inmaculado Corazón triunfará” –son las palabras finales de la Virgen al revelar a los niños el tercer secreto, después de anunciarles guerras y persecuciones a la Iglesia.

Son unas palabras que nos motivan a la esperanza pero por otro lado nos desconciertan; pues al ver nuestro mundo y la cultura de muerte, de pecado, de alejamiento de Dios parece que el triunfo es de Satanás.

Hemos de entender estas palabras “Al final mi Inmaculado Corazón triunfará” a la luz de la historia de la salvación y a luz del misterio del Hijo de Dios hecho hombre. Él, con su muerte y resurrección ha vencido. Es el Rey Victorioso, triunfante sobre la muerte y sobre el pecado. El triunfo es ya de Dios.

Pero, en el desarrollo de la historia de la humanidad hasta que Cristo vuelva como juez y rey del universo, se desarrolla una lucha, un combate… no sólo con las fuerzas de este mundo, sino contra las milicias del maligno. Cristo, cabeza de la Iglesia, ha vencido; pero nosotros, su cuerpo, estamos todavía en lucha.

Lucha que comenzó en el paraíso tras el pecado de nuestros primeros padres: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya. Ella te aplastará la cabeza.” Gésesis 3, 5

El Inmaculado Corazón de María es ya la victoria y el triunfo de Dios porque la hizo inmaculada y sin pecado.  Ella es triunfo de Dios sobre el pecado, porque con su amor de madre acompaña a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria celestial.

“Mi Inmaculado Corazón triunfará”, porque Dios tiene la última palabra. El triunfo de la Virgen será como ese grano de mostaza del Evangelio, que siendo muy pequeño va creciendo y convirtiéndose en un gran árbol. Triunfo en cada uno de nosotros, porque la verdadera devoción nos lleva a la conversión y a la santidad. Y siendo nosotros santos, ese triunfo llegará a nuestra familia y a nuestros ambientes, a la Iglesia, y finalmente al mundo entero.

Este reinado de María es la preparación y la antesala del Reino de Cristo. El tiempo de este reinado ha comenzado, y nosotros hemos de pedirlo sobre nosotros. Adveniat regnum tuum.

 

wOraciones para terminar todos los días:

Terminemos nuestra oración, haciendo un acto de reparación al Inmaculado Corazón de María:

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Inmaculada Concepción de María. (Avemaría)

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Virginidad perpetua de Nuestra Señora. (Avemaría)

·        En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres. (Avemaría)

·        En reparación por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada. (Avemaría)

·        En reparación por aquellos que ultrajan, desprecian y maltratan las imágenes y representaciones de la Virgen Santísima. (Avemaría)

***

CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN

de San Antonio María Claret

¡Oh, María! Madre de Dios y Madre nuestra, a Vos acudimos para consagrarnos a vuestro Inmaculado Corazón para que reines en nuestros corazones y en nuestra familia y nos ponemos bajo tu protección maternal.

Os consagramos nuestros cuerpos y nuestras almas, nuestra familia, nuestro hogar; todo cuanto somos y tenemos. Y para que esta consagración sea eficaz y verdadera, renovamos a vuestros pies las promesas que en nuestro nombre hicieron nuestros padres en el bautismo.

Renunciamos a las seducciones del mundo, enemigo de Dios y nuestro; sus criterios de riquezas, honores y placeres; sus escándalos y pecados. Renunciamos a nuestras malas pasiones y a las intrigas del demonio.

Y nos comprometemos a conservar nuestra fe, santificar nuestras costumbres y seguir los dictados del Magisterio de la Santa Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo y frecuentar los Santos Sacramentos. Amén.

***

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos de Dios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.