martes, 6 de agosto de 2024

DÍA 7. EL CORAZÓN CORPORAL DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MERECE HONOR PARTICULAR COMO LA MÁS NOBLE PARTE DE SU SANTO CUERPO. MES EN HONOR DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

 


DÍA 7.

EL CORAZÓN CORPORAL DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MERECE HONOR PARTICULAR COMO LA MÁS NOBLE PARTE DE SU SANTO CUERPO.

MES EN HONOR DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

CON SAN JUAN EUDES

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

 

Oración inicial inspirada en la de san Juan Eudes

Oh Jesús, Hijo único de Dios, Hijo único de María, quiero conocer y amar más y mejor el Corazón Inmaculado de tu Madre, obra que sobrepasa infinitamente mi capacidad. La he emprendido por tu amor y por el amor de tu dignísima Madre, apoyado en la confianza que tengo en el Hijo y en la caridad de la Madre. Tú sabes, Salvador mío, que solo pretendo agradarte y rendir a ti y a tu divina Madre un pequeño tributo de gratitud por las misericordias que he recibido de tu Corazón paternal, por intermediación de su benignísimo Corazón. Ves igualmente que de mí mismo solo soy un abismo de indignidad, de incapacidad, de tinieblas, de ignorancia y de pecado. Por ello, renuncio de todo corazón a todo lo mío; me doy a tu divino espíritu y a tu santa luz; me entrego al amor inmenso que profesas a tu amadísima Madre; me doy al celo ardentísimo que tienes por su gloria y su honor. Toma posesión de mi entendimiento y anímalo; ilumina mis tinieblas; enciende mi corazón; conduce mis obras; bendice mi trabajo y que te plazca servirte de él para el acrecentamiento de tu gloria y del honor de tu bendita Madre; imprime finalmente en los corazones de los hombres la verdadera devoción al amabilísimo e inmaculado Corazón de María.

 

Se meditan los textos dispuestos para cada día.

DÍA 7.

EL CORAZÓN CORPORAL DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MERECE HONOR PARTICULAR COMO LA MÁS NOBLE PARTE DE SU SANTO CUERPO.

De libro El Corazón Admirable de la Madre de Dios de san Juan Eudes.

 

La consideración de las excelencias de los santos miembros del cuerpo virginal de la Madre de Dios y la veneración que les es debida ha de imprimir alta estima en el espíritu y devoción especial en el corazón al divino Corazón de nuestra Madre admirable. En efecto, ya que el Espíritu Santo, el Hijo de Dios y sus santos celebran tan altamente las alabanzas de los miembros sagrados del santo cuerpo de la Madre del Salvador, ¿no se sigue como consecuencia infalible que su bienaventurado Corazón, la primera y más digna porción de su cuerpo, merece veneración muy particular? ¿No debemos entrar en los sentimientos de nuestra Cabeza Jesús y seguir el ejemplo que nos da? Si el Hijo de María, que ha querido ser nuestra Cabeza y nuestro hermano, demuestra tanto celo en honrar los mínimos detalles que hay en lo exterior de su dignísima Madre de amor, ¿quién tendrá por inapropiado que los demás hijos de esta Madre de amor, siguiendo el espíritu de su Cabeza e imitando el ejemplo de su hermano mayor, rindan honor especial a su Corazón maternal y celebren fiesta especial con la autorización de la santa Iglesia?

¿Dirías que si se celebra esta fiesta, se debería hacer lo mismo con su cabeza, sus ojos, sus manos y sus pies? Con todo, no es consecuencia lógica.

Dime, te ruego, ¿no es cierto que todas las llagas que nuestro Redentor recibió en su santo cuerpo en el tiempo de su Pasión son adorables y merecen ser adoradas incesantemente por todos los habitantes de la tierra y del cielo? Sin embargo la devoción de los fieles se detienen principalmente en las cinco llagas de sus manos, de sus pies y de su costado y la Iglesia celebra fiesta en diversos lugares en honor de estas y no de las otras.

¿No es cierto que todos los pensamientos, palabras, acciones, mortificaciones de este divino Salvador, y todos los santos usos que hizo de todas las partes de su cuerpo y de su alma son de mérito infinito y son dignos de otras tantas solemnidades continuas y eternas? Sin embargo la Iglesia no solemniza sino un pequeño número de sus más señaladas acciones y misterios de su vida.

¿No sabes que todos los santos miembros de su cuerpo místico que están en el cielo, cuyo número es incalculable, son dignos de tal veneración que no hay ni siquiera uno que no mereciera que se le hiciera acá en la tierra una fiesta especial para su alabanza, y que sin embargo solo de los principales y más destacados se celebra solemnemente su memoria?

¿Ignoras que la gloriosa Reina del cielo hizo innumerables y santas acciones durante su vida mortal, que son motivo de alabanza de los ángeles y los santos y serían dignas de tener en la tierra días especiales consagrados a su honor, y sin embargo solo de algunas más notables, como su presentación en el templo, su visita a santa Isabel y su purificación, se celebra memoria especial?

Ten en cuenta que no hay nada que no sea digno de consideración en esta gran Princesa, tanto interna como externamente. Debes saber que todo en ella es muy señalado y digno por tanto de honor, merecedor de que el cielo y la tierra lo celebren solemnemente, pues la dignidad de Madre de Dios, en cierto modo infinita, da excelencia infinita a todo lo que le pertenece.

Por tanto, su Corazón virginal, incluido su corazón corporal, merece especialísima veneración por las sublimes excelencias de que está dotado y por otras consideraciones. Celebrar, pues, fiesta especial en su honor no quiere decir que las otras partes de su cuerpo no lo merezcan.

Si el Hijo de Dios aprecia hasta los mínimos detalles de sus servidores y les asegura que los cabellos de su cabeza están contados y ni uno solo perece, y coronará de gloria inmortal las mínimas acciones que hagan en su servicio, ¿cuánto honor y gloria quiere él que se rinda al Corazón incomparable de su preciosísima Madre?

 

Jaculatoria: Oh Inmaculado Corazón de María, seas siempre conocido, amado y alabado.

 

Propósito: Hacer alguna oración u ofrecer algún sacrificio en honor y reparación del Inmaculado Corazón.

 

 

PARA FINALIZAR

Unidos al Ángel de la Paz, a los santos pastorcitos de Fátima, Francisco y Jacinta, a las almas humildes y reparadoras, digamos:

 

Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.

Os pido perdón por los que no creen, no adoran,

no esperan y no os aman. (3 veces)

***

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,

os adoro profundamente

y os ofrezco

el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad

de Nuestro Señor Jesucristo,

presente en todos los sagrarios de la tierra,

en reparación de los ultrajes,

sacrilegios e indiferencias

con que El mismo es ofendido.

Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón

y del Corazón Inmaculado de María,

os pido la conversión de los pobres pecadores.

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

San Juan Eudes y todos los santos amantes de los Sagrados Corazones, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.