lunes, 14 de julio de 2025

15. SALVADO DE UN BARRANCO. NOVENO DÍA DE LA NOVENA. MES DE LA VIRGEN DEL CARMEN

15 de julio

Noveno y último día de la novena

SALVADO DE UN BARRANCO

 

MES Y NOVENA EN HONOR

A LA VIRGEN DEL CARMEN

 

ORACION PARA COMENZAR

Y FINALIZAR CADA DÍA

 

MES DE JULIO EN HONOR

A LA VIRGEN DEL CARMEN

 

Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en este ejercicio consagrado a vuestra devoción, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:

3 Avemarías

A continuación se lee el relato tomado de la obra “Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús. Del 7 al 15 de julio se añade la oración propia de cada día de la novena.

 

15 de julio

Noveno y último día de la novena

SALVADO DE UN BARRANCO

“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.

 

Sucedió en febrero de 1952, en la sierra de Monachil, al vecino de Granada y cofrade fervoroso de nuestra Madre del Carmen, Don Manuel Morales Fernández. Iba de caza con algunos amigos y cayó a un barranco de profundidad aproximada de unos cincuenta metros.

No le dio tiempo más que para encomendarse a la Virgen del Carmen, cuyo Escapulario llevaba al cuello, por ser gran devoto de María, y le dijo con fe, esta frase:

-"¡Virgen del Carmen, valedme!".

Perdió el conocimiento del tremendo golpe que diera en lo profundo de la sima, que recobró al cabo de largas horas.

Sus compañeros consideraban de todo punto imposible el que no se hubiera destrozado al caer desde tamaña altura. En un principio ni se atrevían a creerlo, máxime al comprobar que la escopeta, que la llevaba cargada, ni siquiera se había disparado, al sufrir tan tremendo golpe. Solamente acusaba algunos magullamientos, lo cual era completamente natural a la caída de un cuerpo pesado desde aquella altura de cincuenta metros. Pudo ir por sus propios pies hasta el sitio donde tenían las cabalgaduras y daba infinitas gracias a nuestra Santísima Madre del Carmen por el prodigio que con él había obrado mediante su Santo Escapulario.

 

ORACIÓN DEL DÍA NOVENO DE LA NOVENA

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente.

Pídase la gracia que se desea alcanzar y se concluye como el resto de los días.

 

 

 

Oración final para todos los días

Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:

 

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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Querido hermano comparte este ejercicio con tus familiares y amigos para que muchos conozcan y amen a la Virgen.

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Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.