17 de julio
LIBRA DE LA METRALLA A UN BATALLÓN
MES Y NOVENA EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
ORACION PARA COMENZAR
Y FINALIZAR CADA DÍA
MES DE JULIO EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en este ejercicio consagrado a vuestra devoción, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
3 Avemarías
A continuación se lee el relato tomado de la obra “Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús. Del 7 al 15 de julio se añade la oración propia de cada día de la novena.
17 de julio
LIBRA DE LA METRALLA A UN BATALLÓN
“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.
Un bravo oficial de nuestro Ejército comunicaba al director de la "Obra Máxima" durante nuestra Guerra civil por septiembre de 1937, el siguiente hecho prodigioso:
"Comunico a usted un caso milagroso de la Santísima Virgen del Carmen para con los soldados a mi mando, los cuales visten todos su Escapulario:
Un día que mi batallón fue a guarnecer las tapias del Pardo-Plantío, los rojos tiraban con mortero y fusilería. A mí me asombraba y maravillaba que fuesen todos dirigidos a un solo sitio y que no hiciesen bajas. ¡Cosa totalmente prodigiosa! ¿Cuál no sería mi sorpresa cuando miro hacia lo alto y veo sobre una pared una estatua de la Virgen del Carmen? Corrí como un loco; subí a por Ella. ¿Qué me importaban a mí las balas de los rojos si tenía a mi Madre expuesta?
Cuando la tuve en mis brazos, lloré de emoción. Esta imagen de la Santísima Virgen preside mi tienda de campaña y viene conmigo a todos lados. Ante Ella se postran y rezan el santo rosario todos los días los soldados de mi batallón. Si caemos en la lucha, Ella nos conducirá, sin duda, al cielo, como premio a los que, llenos de fe y entusiasmo, damos la vida por Cristo y por la santa fe católica.
Yo no quiero que ninguno de mis soldados entre jamás en batalla sin llevar el Santo Escapulario y haberse encomendado antes con fervor a la Virgen Santísima. Yo mismo, cuando fui herido, las primeras palabras salidas de mi boca fueron éstas:
"¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen del Carmen! Salve Regina, Mater Misericordiae; Spes nostra Salve". Ésta fue mi oración hasta ser curado...
No dejo pasar ni un sólo día sin que mis soldados oren ante la Virgen del Carmen, en la seguridad de que Ella los librará de todos los peligros y les alcanzará una santa muerte".
Oración final para todos los días
Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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Querido hermano comparte este ejercicio con tus familiares y amigos para que muchos conozcan y amen a la Virgen.
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Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.