9 de julio
Tercer día de la novena
LA BALA ENCUENTRA UN PARAPETO
MES Y NOVENA EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
ORACION PARA COMENZAR
Y FINALIZAR CADA DÍA
MES DE JULIO EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en este ejercicio consagrado a vuestra devoción, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
3 Avemarías
A continuación se lee el relato tomado de la obra “Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús. Del 7 al 15 de julio se añade la oración propia de cada día de la novena.
9 de julio
Tercer día de la novena
LA BALA ENCUENTRA UN PARAPETO
“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.
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El P. Gregario Nacianceno de San Basilio dice que a Jaime Teixerio, que militaba bajo las banderas españolas, hallándose en la isla de San Honorato, le alcanzó tan de cerca en las espaldas una bala de artillería que pudo la pólvora que la disparó quemarle por la espalda el jubón y la camisa, arrojándole gran trecho dentro del mar.
Hundióse y estuvo sumergido todo el tiempo que tardó en volver en sí y recuperar el conocimiento. Vuelto en sí, comenzó a invocar fervorosamente a María Santísima del Carmen, y al punto se halló sobre las aguas, y, con extraordinario denuedo y valor, salió nadando a la orilla.
Cuantos le vieron caer al agua admiraron un auténtico prodigio, porque el fuego que le quemara el jubón y la camisa y chamuscara sus espaldas dejó ileso el Santo Escapulario de María Santísima del Carmen.
Además, pudieron admirar otro nuevo prodigio, y es que, habiendo permanecido un gran rato en el agua el Santo Escapulario, estaba completamente seco.
ORACIÓN DEL DÍA TERCERO DE LA NOVENA
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde El habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente.
Pídase la gracia que se desea alcanzar y se concluye como el resto de los días.
Oración final para todos los días
Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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Querido hermano comparte este ejercicio con tus familiares y amigos para que muchos conozcan y amen a la Virgen.
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Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.