25 de julio
EN LA CAÍDA, LA VIRGEN LA SALVA
MES Y NOVENA EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
ORACION PARA COMENZAR
Y FINALIZAR CADA DÍA
MES DE JULIO EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en este ejercicio consagrado a vuestra devoción, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
3 Avemarías
A continuación se lee el relato tomado de la obra “Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús. Del 7 al 15 de julio se añade la oración propia de cada día de la novena.
25 de julio
EN LA CAÍDA, LA VIRGEN LA SALVA
“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.
El 16 de julio de 1953 ocurrió este hecho en Alcobendas: La niña de dos años María Jesús Calvo Muñoz, hija del practicante del pueblo, hallábase jugando en una habitación del piso segundo de su casa, donde también se encontraba cosiendo su madre. En un descuido de ésta acercóse la niña a una ventana que no tenía reja, con tan mala fortuna que se le fue el cuerpecito y vino a caer al pavimento o acera de la calle, que era de cemento.
La atribulada madre, aterrada al verla caer y sin que lo pudiera evitar, no tuvo acción más que para prorrumpir en esta exclamación de fervorosa y esperanzada súplica:
-"¡Virgen del Carmen, sálvala, por tu Santo Escapulario que lleva al cuello!"
Y cuál no sería su admiración, su gratitud y su alegría, cuando, habiendo caído a plomo desde una altura de siete metros y yendo a dar con el acerado de la calle, todo él de cemento y adoquines creyendo todos, en medio de la mayor consternación que imaginarse pueda, que se habría, sin duda alguna, reventado, la hallaron sin la menor lesión y sin fractura alguna, sino sólo ligeramente conmocionada por el susto natural en una criatura tan pequeña.
Oración final para todos los días
Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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Querido hermano comparte este ejercicio con tus familiares y amigos para que muchos conozcan y amen a la Virgen.
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Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.