12 de julio
Sexto día de la novena
UN FERVOROSO SOLDADO
MES Y NOVENA EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
ORACION PARA COMENZAR
Y FINALIZAR CADA DÍA
MES DE JULIO EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en este ejercicio consagrado a vuestra devoción, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
3 Avemarías
A continuación se lee el relato tomado de la obra “Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús. Del 7 al 15 de julio se añade la oración propia de cada día de la novena.
12 de julio
Sexto día de la novena
UN FERVOROSO SOLDADO
“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.
Este hecho sucedió en 1923 y lo contó al P. Luis Mª Llop, carmelita, el mismo protagonista.
Al salir a campaña, vistió el Santo Escapulario del Carmen en la iglesia de los PP. Carmelitas Descalzos de Cádiz.
Desgraciadamente, así en Melilla como en las diferentes posiciones donde estuvo, llevó una vida libertina y licenciosa, hasta el punto de ser causa de escándalo a sus poco escandalizables camaradas.
Cuando los moros asaltaron la fortaleza de Monte Arruit, donde él se encontraba, todos los soldados fueron fusilados o pasados a cuchillo.
José Luis recibió un balazo en la cabeza, que lo derribó al suelo; entonces creyó que sería degollado por los moros, como lo fueron centenares de compañeros suyos que cayeron con él; sin embargo, fue el único exceptuado en aquel sangriento holocausto de vidas españolas segadas en flor por la cimitarra y el alfanje.
-"¿Cómo escapé yo de aquella horrible matanza y no me condené?
-exclama, emocionado, nuestro hombre-. Todo lo debo a la misericordia sin par de esta dulce Madre y a su benditísimo Escapulario.
Si yo hubiese muerto en aquel trance, me habría presentado ante el Supremo Juez con la conciencia cargada de muchísimos pecados y me hubiera irremediablemente condenado. Pero yo llevaba al pecho el Santo Escapulario de María, y como la impenitencia final es incompatible con él, la Virgen Santísima del Carmen me libró de aquella horrible muerte, a fin de que no muriese réprobo y me condenase, sino que alabase siempre su clemencia y misericordia y propagase por doquier la devoción a Ella y a su milagroso Escapulario".
ORACIÓN DEL SEXTO DÍA DE LA NOVENA
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente.
Pídase la gracia que se desea alcanzar y se concluye como el resto de los días.
Oración final para todos los días
Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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Querido hermano comparte este ejercicio con tus familiares y amigos para que muchos conozcan y amen a la Virgen.
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Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.