domingo, 24 de diciembre de 2023

NO TEMAS RECIBIR A MARÍA TU ESPOSA. CATENA AUREA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

 


VIGILIA DE NAVIDAD

DE LA CATENA AUREA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

 

Comentarios al Evangelio

De la Vigilia de Navidad

de la Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino

 

Mateo 1, 18.- Y la generación de Jesucristo fue de esta manera. Que siendo María su Madre desposada con José, antes que viviesen juntos, se halló haber concebido en el vientre de Espíritu Santo. (v. 18)
 

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1

Como el evangelista había dicho antes: "Y Jacob engendró a José", con quien desposada María engendró a Jesús, para que ninguno pudiera pensar que el nacimiento de Cristo había sido como el de sus progenitores, cortando el orden de la narración dice: "Y la generación de Jesucristo fue de esta manera", como si dijera: la generación de sus ascendientes fue como la he referido, pero la generación de Cristo no fue así, sino de esta forma: "Que siendo su Madre desposada".
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

Como quien va a decir una cosa nueva promete narrar la manera de realizarse esta generación; no fuera a suceder que al oír las palabras "esposo de María" cualquiera pensase que Cristo había nacido según la ley general de la naturaleza.
 

Remigio

También puede referirse a lo ya dicho en este sentido: "La generación de Cristo era así", como he dicho: "Abraham engendró a Isaac".

San Jerónimo

Pero, ¿por qué Cristo es concebido de una Virgen desposada y no de una simple virgen? Por tres razones: la primera, para que por la genealogía de José se supiese el origen de María; la segunda, para que los judíos no la apedreasen como adúltera; y la tercera, para que al huir a Egipto tuviese quien la consuele. El mártir Ignacio aduce otra razón: para ocultar al demonio el parto de María, y que siempre creyese que Cristo había sido engendrado no de una virgen, sino de una mujer casada.
 

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1

Desposada y permaneciendo en su casa, porque así como en la que concibe en casa del marido se entiende una concepción natural, en la que concibe antes de desposarse hay sospecha de infidelidad.
 

San Jerónimo, contra Helvidium, in principio libri

Un tal Helvidio, hombre turbulento y que de todo hace materia para la disputa, empezó a blasfemar contra la Madre de Dios formulando así su primera tesis: San Mateo dice: "Y siendo desposada". Mira cómo dice desposada y no comprometida, como tú dices, y desposada no por otra causa sino para casarse después 1.
 

Orígenes, homilia inter collectas ex variis locis.

Desposada con José, pero no carnalmente unida. La Madre de éste fue Madre inmaculada, Madre incorrupta, Madre intacta. La Madre de éste, ¿de cuál éste? La Madre del Señor, Unigénito de Dios, del Rey universal, del Salvador y Redentor de todos.
 

San Cirilo de Alejandría, ad Ioannem Antiochenum

¿Qué se puede ver en la Santa Virgen por encima de las demás mujeres? Si María no es Madre de Dios, sino sólo de Cristo, como dice Nestorio, ningún absurdo habría en que se permita llamar Madre de Cristo a la madre de cualquier ungido. Pero sólo la Santa Virgen, sobre las otras mujeres, es conocida y llamada con el nombre de "Madre de Cristo", pues engendró no a un simple hombre como nosotros, sino más bien al Verbo de Dios Padre, encarnado y hecho hombre por nosotros. Mas tal vez reponga Nestorio: ¿Pensarás acaso que la Virgen se ha hecho la Madre de la divinidad? A esto decimos que el Verbo de Dios, nacido de la misma sustancia de Dios y existiendo siempre y sin principio de tiempo igual al Padre, en la plenitud de los tiempos se hizo carne, es decir, se unió a un cuerpo animado por un alma racional. Por esto decimos que nació de una mujer según la carne. Este misterio se asemeja en cierto modo a nuestro nacimiento: la madre suministra a la naturaleza una materia cuajada que poco a poco se va formando hasta resultar un cuerpo perfecto en su especie, la humana. Pero Dios infunde en ese cuerpo un espíritu, y aunque la madre sólo lo sea del cuerpo terrenal, ella es considerada y se llama madre de todo el hombre. Una cosa semejante observamos en el nacimiento del Emmanuel, "Dios con nosotros". El Verbo de Dios nace en la eternidad de la sustancia del Padre; mas, porque tomó carne y la hizo propia, es preciso confesar que nació de una mujer según la carne. Y como a la vez es verdadero Dios, ¿quién tendrá reparo en llamar a la Santa Virgen "Madre de Dios"?
 

San Pedro Crisólogo, sermones, 148

No te turben ni ofendan tus oídos las palabras concepción, parto, porque la virginidad es la prenda más segura del pudor. ¿En qué puede herir la delicadeza la unión de la divinidad con la pureza, su siempre querida amiga, unión en que el intérprete es un ángel, la fe es la madrina, el desposorio es la castidad, el dote la virtud, la conciencia el juez, el móvil Dios, el acto de concebir pureza, el parto virginal, y la Madre una Virgen?
 

San Cirilo de Alejandría, ad Ioannem Antiochenum

Mas si dijéramos con Valentino, que el santo cuerpo de Cristo fue formado de una materia celeste y no de la Virgen, ¿cómo podríamos entender que María es Madre de Dios?
 

La glosa

Se indica el nombre de la Madre añadiendo: "María".
 

Beda, in Lucam, 1,3

María se interpreta en hebreo como "estrella del mar"; en siriaco como "señora", porque Ella ha dado realmente al mundo al que es la luz de la salud y el Señor del mundo.
 

La glosa

A continuación nos dice también el nombre del esposo, "José".
 

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1

María se había desposado con un carpintero porque Cristo, esposo de la Iglesia, había de obrar la salud de todos los hombres por el leño de la cruz.
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

Sigue luego: "Antes que viviesen juntos". No dice "antes de que fuese llevada a casa del esposo", pues ya estaba en ella por ser costumbre frecuente entre los antiguos tener en su casa a las desposadas, como vemos que sucede también ahora, y los yernos de Loth habitaban con él en vida común 2.
 

La glosa

Pero se dice: "Antes de que vivieran juntos" en concúbito carnal.

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1

Para que no naciese del afecto de la carne y de la sangre el que nació para destruir los afectos de la carne y de la sangre 3.
 

San Agustín, de nuptiis et concupiscentia, 1,12

Allí no hubo cohabitación conyugal, porque en carne de pecado no podría haberse dado sin movimiento de concupiscencia, efecto del pecado, sin la cual quiso ser concebido el que había de estar sin pecado, tal vez para enseñarnos con esto que todo lo que nace de unión marital nace con pecado 4, puesto que sólo no tuvo pecado la Carne que nació de esa manera.
 

San Agustín, in sermone 6 de Nativitate

Jesucristo nace además de una mujer intacta, porque no era adecuado que la virtud naciese por medio del deleite, la castidad por la vía de la lujuria, y la incorrupción por la corrupción. Y el que venía a destruir el antiguo imperio de la muerte habría de bajar del cielo de un modo distinto. Obtuvo, pues, el cetro de Reina de las vírgenes, la que engendró al Rey de la castidad. Por eso Nuestro Señor se procuró un seno virginal donde morar, para darnos a entender que sólo un cuerpo casto puede ser templo de Dios. Aquel que grabó su ley en tablas de piedra sin necesidad de punzón de hierro, ese mismo fecundó el seno de María por virtud del Espíritu Santo. Por eso dice el evangelista: "Se halló haber concebido en el vientre de Espíritu Santo".
 

San Jerónimo

Nadie la halló en tal estado sino José, quien, como si fuese su marido, sabía todo lo referente a su esposa 5.
 

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1

Según nos enseña una historia nada inverosímil, José estaba ausente cuando sucedió lo que refiere San Lucas, pues no es de creer que estando en casa entrase el ángel al aposento de María, le dijese lo que le dijo, y que María respondiese lo que respondió. Aun concedido que el ángel pudo entrar en donde estaba María y que le habló, no era posible que, en presencia de José, María marchase a la montaña y estuviese con Isabel tres meses, sin que José indagase las causas de su ida y de una permanencia tan larga. Pero después que volvió de tan largo viaje la encontró visiblemente fecunda.
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

Con propiedad dice se halló, expresión que solemos emplear hablando de cosas en que no habíamos pensado. Y para que no importunara al evangelista preguntándole cómo se verificó el nacer de una Virgen, en pocas palabras él mismo da la salida, "de Espíritu Santo", como si dijera: "El Espíritu Santo es el que ha obrado este milagro", pues que ni Gabriel ni San Mateo pudieron decir más.
 

Glosa

Lo que se dice del "Espíritu Santo", lo añadió el evangelista por su parte, para que al decirse "haber concebido en el útero", no quedase ninguna sospecha maligna en la mente de los que lo oyeren.
 

San Agustín, in sermonibus de Trinititate, serm. 191,3

Nosotros no decimos, como impíamente opinan algunos, que el Espíritu Santo se presentó como semen, sino que obró con el poder y virtud de Creador.
 

San Ambrosio, de Spiritu Sancto, 2,5

Todo lo que viene de alguno, o es de su sustancia o de su poder; de su sustancia, como el Hijo es del Padre; de su poder, como son de Dios todas las cosas, como el fruto del vientre de María era del Espíritu Santo.
 

San Agustín, enchiridion, 40

Ciertamente esta manera de nacer Cristo del Espíritu Santo, nos da a entender la gracia de Dios, en virtud de la cual el hombre, sin mérito alguno precedente en el principio mismo de su naturaleza en que empezó a existir, se unió al Verbo de Dios en unidad tal de persona, que ese mismo hombre es el Hijo de Dios. Mas habiendo la Trinidad toda -porque las obras de la Trinidad son indivisibles- obrado la formación de aquella creatura que la Virgen concibió y dio a luz, y que sólo la persona del Hijo asumió e hizo propia, ¿por qué se nombra únicamente al Espíritu Santo en la concepción de esa creatura? ¿Es acaso que cuando uno de los tres es nominalmente citado, se ha de entender que obra la Trinidad toda?
 

San Jerónimo, contra Helvidium, in principio

Pero dice Helvidio: El evangelista no hubiera dicho " antes que viviesen juntos", de los que después no habían de vivir con tal unión. Es como si uno dijera " antes de comer en el puerto, me hice a la vela con rumbo al Africa". La frase no puede tener sentido, si después no ha de comer en aquel puerto. Me parece que está mejor entendido que aunque el adverbio antes indique con frecuencia lo que sigue, algunas veces, sin embargo, expresa solamente lo que antes se había pensado, y que no es necesario que lo pensado suceda, cuando ha mediado otra cosa, para que no se realice lo que se pensó.
 

San Jerónimo

Por tanto no se infiere que después viviesen juntos, sino que la Escritura sólo dice qué es lo que no sucedió antes.
 

Remigio

También puede decirse que el verbo convenire 6 no significa la unión marital, sino el tiempo de las bodas: es decir, cuando la que había sido prometida empieza a ser esposa. Pues el sentido es "antes de vivir juntos", esto es antes de celebrar solemnemente los desposorios.
 

San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,5

Cómo se verificó lo que aquí omite San Mateo, lo expuso San Lucas, después de narrar la concepción de Juan, de esta manera: "Y al sexto mes fue enviado el ángel". Y más adelante: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti", que es lo que mencionó San Mateo al decir: "Se halló haber concebido en el vientre de Espíritu Santo". No hay discordancia en que San Lucas exponga lo que San Mateo omite, ni que éste inserte después lo que omitió aquél, pues sigue: "Y José, su Esposo, como era justo", hasta el texto donde nos habla de los magos, "que se volvieron a su tierra por otro camino". Así que, si alguno quisiera formar la narración ordenada del nacimiento de Cristo, de todo lo que uno u otro de los dos evangelistas dice y omite, puede hacerlo así: empezando con las palabras de Mateo, "La generación de Cristo fue de esta manera", siguiendo con lo que refiere San Lucas desde donde dice: "Hubo en los días de Herodes", hasta donde dice: "Y María se detuvo con ella como tres meses, y se volvió a su casa", y terminando con el texto: "Se halló haber concebido, en el vientre, de Espíritu Santo".
 

Notas

1. El proceso del matrimonio judío tenía varias ceremonias. Una era el desposorio, que formando parte del matrimonio legal, era como el principio del mismo. El proceso matrimonial culminaba legalmente con el traslado de la desposada a la casa del esposo. Para esto podía pasar un espacio de meses o incluso años.

2. Los estudios de hoy consideran que la ceremonia del matrimonio consistía en el cambio de casa por parte de la novia a la de su desposado, o a la casa del padre de éste. (Daniel J. Harrington, S.J.)
"Finalmente se celebraba el matrimonio... tenía lugar la entrada de la esposa en la casa del marido; la cual solía hacerse con gran solemnidad y consistía en el cortejo nupcial y el banquete nupcial. El esposo adornada su cabeza de una guirnalda y acompañado de sus amigos, iba a buscar a la esposa... y la conducía a su propia casa... Entonces se celebraba el banquete nupcial" (José J. Reboli, S.J.).

3. Alusión a lectura variante de Jn 1,13. Diversos testigos muy antiguos leen el pasaje en singular: oV... egennhqh: " El, que no nació, ni de la sangre ni de la carne, sino de Dios" (trad. La Santa Biblia, dir. Evaristo Martín Nieto.)

4. Ha de entenderse en el sentido de la transmisión del pecado original por generación humana.

5. El Padre continúa bajo la suposición de que María ya se ha mudado de casa. "Cuando se lee Mt 1, 18-25, hemos de considerar que la ceremonia de desposorio entre José y María ya se había realizado y que ellos esperaban la ceremonia matrimonial. María permanece en casa de sus padres y José visita la residencia de tiempo en tiempo". (Daniel J. Harrington, S.J.).

6. sunelqein ( de sunercomai ): verbo que significa juntarse, ir juntos, quedar unidos juntos.


19


Y José, su Esposo, como era justo y no quisiese infamarla, quiso dejarla secretamente. (v. 19)
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

Habiendo dicho el evangelista que María halló que había concebido en el vientre, del Espíritu Santo, sin obra de varón, para que nadie sospechase que un discípulo de Cristo haya inventado estas maravillas en honor de su Maestro, aduce el testimonio de José confirmando la historia por su propia participación en ella: "Y José, su Esposo, como era justo".
 

San Agustín, in sermone 14 de Nativitate

Conociendo José que María estaba encinta, se turba, porque la Esposa que había recibido del templo mismo del Señor y no conocía aún, la encuentra fecunda, y agitándose inquieto, discute y habla consigo mismo: "¿Qué haré? ¿La denuncio o callo? Si la descubro, no me hago cómplice de adulterio, pero incurro en crueldad, porque me consta que según la ley debe ser apedreada. Si callo, doy mi consentimiento a una acción mala, y participo con los adúlteros. Entonces si callar es malo y descubrir el adulterio es peor, la dejaré libre".
 

San Ambrosio, in Lucam, 2,1

Hermosamente nos enseña San Mateo lo que debe hacer el justo que sorprendiere a su cónyuge en oprobio o acción infame, para ni mancharse con la sangre del adúltero, ni hacerse cómplice del adulterio. Por eso dice: "Como era justo". En José, pues, se conserva siempre la gracia y la persona del justo, de manera que su testimonio resulta siempre el más abonado, pues la lengua del justo habla con la verdad.
 

San Jerónimo

Pero, ¿cómo se nos presenta como justo a José, cuando oculta el crimen de su Esposa, y estando prescrito en la ley que los autores y cómplices de un crimen son igualmente reos de pecado?
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

Es de notar que llama aquí justo al que en todo es virtuoso. Porque "justicia" no es sólo no querer más de lo debido, sino también la virtud en general y es en este sentido que principalmente emplea la Escritura la palabra "justicia". Siendo, pues, justo 1, es decir, benigno y moderado, quiso dejar en secreto a la que veía expuesta a la infamia y a la máxima pena de la Ley. Como quien se coloca por encima de la Ley, José la salvó de ambos peligros. Pues a la manera que el sol antes de ostentar sus rayos ya alumbra la tierra, así Cristo, antes de nacer, hizo que apareciesen en el mundo muchas señales de perfecta virtud.
 

San Agustín, de Verbo Domini, serm. 16

O en otros términos: si a ti solo consta el pecado de otro contra ti, y quieres inculparle ante los hombres, no eres el hermano que corrige, eres su delator. Por eso el varón justo, José, perdonó a su Esposa, lleno de benignidad, el crimen que había sospechado de Ella. Revolvíase ciertamente en su ánimo sospecha indudable de adulterio, mas como a él solo constaba, no quiso difamarla, sino dejarla en secreto, prefiriendo al castigo del pecado el bien del pecador.
 

San Jerónimo

O también puede ser un testimonio en favor de María, que José confiando en su castidad, admirado éste de lo que había sucedido, ocultó en el silencio el hecho cuyo misterio ignoraba.
 

Remigio

Pues veía fecunda a la que conocía casta. Como había leído en Isaías: "Saldrá una vara de la raíz de Jesé" ( Is 11,1), de quien sabía ser descendiente María, y en el mismo Isaías: "He aquí que una virgen concebirá" ( Is 7,14), no desconfiaba de que en Ella se había de cumplir tal profecía.
 

Orígenes, homilia 1 inter collectas in variis locis

Pero si no tenía sospecha de Ella, ¿cómo era justo queriendo dejar a una Esposa Inmaculada? Quería dejarla porque conocía que se había obrado en Ella un gran misterio y se consideraba indigno de vivir en su compañía.
 

La glosa

Al querer dejarla era justo, y al querer hacerlo en secreto muestra ser piadoso, pues la pone a salvo de toda infamia y por eso dice: "Como era justo, quiso dejarla". Es decir, pudiendo entregarla al deshonor público, esto es, difamarla, prefiere separarse en secreto.
 

San Ambrosio, in Lucam, 2,1

Ninguno deja la mujer que antes no ha aceptado. Entonces al querer dejarla, confesaba él mismo que la había aceptado antes.
 

Glosa

O no queriendo trasladarla a su casa para vivir con Ella en asidua compañía, quiso dejarla en secreto, es decir, dilatando la fecha de los desposorios. Porque realmente es verdadera virtud ejercer la piedad junto con la justicia y ésta junto con la piedad, virtudes que, obrando separadas, se anulan mutuamente. O también puede decirse que era justo por la fe con que creía que Cristo había de nacer de una Virgen, y de ahí que quiso humillarse ante don tan excelente 2.
 

Notas

1. dikaioV en griego tiene el sentido de persona observante de la ley: " dikaioV es usado para designar a una persona de perfecta rectitud, a quien cumple la voluntad de Dios" (Ceslas Spicq, O.P.)

2. Santo Tomás elige presentar testimonios de diversas interpretaciones sobre el acontecimiento. Las posiciones se suelen resumir en tres: a) José tiene dudas sobre la fidelidad de su desposada, y siendo un hombre justo no quiere encubrir su falta; b) José sospecha de una intervención divina, y queda confundido entre "el asombro y la maravilla" (Suárez), quedándole clara la inocencia de María, (S. Jerónimo); c) José sabía que María había concebido por intervención divina y no humana. (Eusebio.) "José sabía que la preñez de María venía de Dios". (Basilio.) "José descubrió la preñez y su causa, que era por obra del Espíritu Santo". (Efrén.) "José comprendió que aquella era una maravillosa obra de Dios". (Eusebio.): "Pensó en separarse de ella en secreto para no cometer el pecado de ser llamado padre del Mesías. Temía vivir con ella pues eso podría deshonrar el nombre del Hijo de la Virgen. Por ello es que el ángel le dijo 'No temas llevar a María a tu casa'". Pablo, el diácono, en su Homiliarum atribuye a Orígenes una posición semejante. Actualmente, Ignace de la Potterie dice que la actitud de José no "ha de entenderse, ciertamente, si José se pregunta si María es culpable o no. Se trata más bien de una 'duda', de una indecisión acerca de lo que él debe hacer. ¿Cómo ha de comportarse él, el esposo de María, en la situación excepcional en que se encuentra su mujer?". Contando con argumentos lingüísticos y exegéticos propone leer: "José, su esposo, como fuese un hombre justo y no quisiese revelar (su misterio), resolvió separarse de ella secretamente "; en María en el misterio de la Alianza (BAC 1993).


20
      
Y estando él pensando en esto, he aquí que el Angel del Señor le apareció en sueños, diciendo: "José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer: porque lo que en ella ha nacido, de Espíritu Santo es". (v. 20)
 

Remigio

Porque según se ha dicho, José pensaba dejar en secreto a María. Pero si hubiese obrado así, muy pocos hubieran dejado de sospechar que Ella fuese más bien una concubina que una virgen, y por eso el propósito de José cambió en un momento, gracias al consejo divino. De ahí que diga: "Y pensando en esto José".
 

Glosa

En lo cual se echa de ver el espíritu del sabio, que nada quiere resolver con ligereza.
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

Se nota también la mansedumbre de José, que a nadie reveló su sospecha, ni siquiera a aquélla de quien sospechaba, sino que meditaba en su interior.
 

San Agustín, in sermone 14 de Nativitate

Mas aunque José piensa en esto, no tema María, la hija de David, porque así como la palabra del profeta perdonó a David, el ángel del Salvador librará a María. Pues Gabriel, el padrino de bodas de la Virgen, vuelve a presentarse: "He aquí que el ángel del Señor apareció a José".
 

La glosa

Esta palabra apareció, significa el poder del que aparece, que se muestra cuando y como quiere.
 

Rábano

Cómo apareció el ángel a José, lo dice claramente: "En sueños", es decir, como Jacob vio la escala por cierta representación en los ojos del corazón.
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

No se apareció a José en clara visión como a los pastores, porque era sobremanera fiel. Los pastores, además, necesitaban de una visión clara, como rudos que eran. La Virgen también lo necesitaba, porque era la primera que tenía que ser instruida en muy grandes misterios, como Zacarías necesitó de una visión admirable antes que su mujer concibiese.
 

La glosa

Al aparecer el ángel lo llama por su nombre, le recuerda su linaje y le hace deponer todo miedo diciéndole: "José, hijo de David". Al llamarlo "José", por su nombre, se le presenta como un conocido y amigo.
 

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1

Al llamarlo hijo de David, quiso traer a su memoria la promesa de Dios a David: "Que Cristo nacería de su linaje".
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

Al decirle "no temas", indica que José ya entonces temía ofender a Dios, como quien tiene en su compañía una adúltera, pues de otra manera no hubiera pensado dejarla.
 

Severiano

Se le advierte al esposo que no tema, porque el alma piadosa, cuanto más padece con otra, más teme. Como si dijera: esto no es motivo de muerte, sino de vida, porque la que está encinta para darnos la vida no merece la muerte.
 

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1

Al decir no temas, quiso también demostrarle que conocía el secreto de su corazón, para hacerle ver con esto los bienes que nos habían de venir por Cristo, y que él le iba a revelar.
 

San Ambrosio, in Lucam, 2,1

No te confunda que la llame su mujer, pues esta palabra expresa aquí no la pérdida de la virginidad, sino la prueba testimonial del matrimonio, la celebración de los desposorios.
 

San Jerónimo, contra Helvidium

No vaya a creerse que porque la llamó su mujer ha dejado de ser esposa, pues la Escritura acostumbra llamar mujeres casadas a las esposas, y maridos a los esposos, según se comprueba en el Deuteronomio: "Si alguno hallare en el campo a una virgen que está desposada y asiéndola se echase con ella, morirá, porque abatió a la mujer de su prójimo" ( Dt 22,23).
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

Pero dice: "No temas recibir", esto es, mantenerla en tu casa, porque en su mente ya la había dejado.
 

Rábano

O "no temas recibirla en comunidad nupcial y asidua compañía".
 

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1

Por tres causas se apareció el ángel a José y le habló de tal manera. Primero, para que el hombre justo no cometiese por ignorancia una acción injusta con un fin recto. Después, por el honor de la madre misma, que repudiada no podía menos que incurrir en infamante sospecha entre los incrédulos. Y tercero, para que sabiendo José de tan santa concepción, la tratase con más respeto y consideración que antes. Y no se apareció a José antes de que la Virgen concibiera, para que no pensase lo que pensó, ni sufriese lo que sufrió Zacarías por culpa de su incredulidad acerca de la concepción de su mujer en edad tan avanzada. Pues era menos creíble que concibiese una virgen que una anciana.
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

O también en medio de su turbación se apareció el ángel a José, para que se manifestase la sabiduría de este justo, y que en esto mismo encontrase una demostración de lo que se le anunciaba, pues al oír de boca del ángel lo mismo que él pensaba en su interior, era señal indudable de que era enviado de Dios el que le hablaba, pues sólo Dios sabe los secretos del corazón. La narración del evangelista no admite sospecha al decirnos que José sufrió lo que es natural que sufra un esposo. Tampoco pudo ser sospechosa la Virgen, dado que su esposo, a pesar de sus celos, la tomó bajo su custodia y continuó en su compañía después de haber concebido. Y si la Virgen no reveló a José lo que el ángel le había anunciado, fue porque no pensaba que su esposo le creyese, principalmente después de haber entrado en sospecha. Y el ángel anunció el misterio a la Virgen antes de concebir, para que no estuviese en continua ansiedad, diciéndoselo después, pues era muy conveniente que se hallase libre de toda turbación aquella Madre que iba a recibir en su seno al Creador de todas las cosas. El ángel no sólo defiende a la Virgen de toda cohabitación carnal, sino que le hace ver a José que su Esposa ha concebido por obra sobrenatural. Con lo cual, además de hacerle deponer todo temor, le infunde alegría diciéndole: "Porque lo que en ella ha nacido es del Espíritu Santo".
 

La glosa

Una cosa es nacer en ella y otra nacer de ella. Nacer de ella es venir a la vida; nacer en ella es lo mismo que ser concebido. O tal vez el ángel dijera "ha nacido", por la presciencia que tiene recibida de Dios, para quien lo futuro es como pasado.
 

Ambrosiaster, quaestiones Novi et Veteri Testamenti, q. 52

Pero si Cristo nació del Espíritu Santo, ¿por qué se dice en los Proverbios: "La sabiduría edificó casa para sí" ( Prov 9,1)? Esta pregunta puede admitir dos respuestas. Primeramente, la casa de Cristo es la Iglesia que edificó con su sangre. También del cuerpo de Cristo se puede decir que es su casa, como se dice que es su templo. La obra del Espíritu Santo es la obra del Hijo de Dios por la unidad de naturaleza y de voluntad. Bien obre el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo, la Trinidad es la que obra, y cualquier cosa que uno u otro de los tres hicieren, es obra de un solo Dios.
 

San Agustín, enchiridion, 38

¿Y por eso hemos de decir que el Espíritu Santo es padre del hombre Cristo, de manera que Dios Padre haya engendrado al Verbo y el Espíritu Santo al hombre? Este es un absurdo que ningún oído cristiano podría tolerar. ¿Cómo entonces decimos de Cristo "nacido del Espíritu Santo", si el Espíritu Santo no lo ha engendrado? ¿Es acaso porque le ha creado? En cuanto hombre, ha sido hecho, pues el apóstol dice: "Hecho del linaje de David según la carne" ( Rom 1,3). Pero no porque Dios hizo este mundo puede decirse que el mundo es hijo de Dios, ni nacido de Dios, sino hecho, creado, fabricado. Entonces, si confesamos que ha nacido del Espíritu Santo y de la Virgen María, ¿cómo no es Hijo del Espíritu Santo y sí de la Virgen María? Porque nadie puede conceder que todo lo que nace de otra cosa deba llamarse hijo de ésta. Prescindiendo de que de diversa manera nace del hombre su hijo, que el cabello, el piojo o la lombriz -ninguno de los cuales puede llamarse hijo -, los hombres que nacen del agua y del espíritu nadie los llamará con propiedad hijos del agua, sino de Dios Padre y de la Iglesia Madre. Así, pues, nació del Espíritu Santo y es Hijo de Dios Padre, pero no del Espíritu Santo.


21
      
"Y parirá un hijo: y llamarás su nombre Jesús: porque él salvará a su pueblo de los pecados de ellos". (v. 21)
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

Como lo que el ángel había dicho a José era palabra maravillosa que sobrepasa todo pensamiento humano y está por encima de las leyes físicas, ¿cómo lo creerá un hombre que nada haya oído de estas cosas? Demuestra entonces la verdad de sus palabras por la revelación de lo que a él le había pasado, pues para ello le reveló el ángel cuanto había experimentado en sí: lo que había sufrido, lo que había temido y lo que se inclinó a hacer. Y no sólo lo pasado, sino también lo futuro. "Y parirá un hijo y llamarás su nombre Jesús".
 

La glosa

Y para que José no creyese que ya era innecesario el matrimonio por haberse verificado la concepción por obra del Espíritu Santo, sin cooperación suya, el ángel le manifiesta que aunque no fue necesario para la concepción y la Virgen permanece intacta, sin embargo todo lo que se dice del padre sin atentar contra la virginidad le es entregado. No es ajeno al servicio de esta divina economía para la protección y cuidado, porque María dará a luz un hijo. Entonces la Madre y el Hijo necesitarán de él: la Madre para que la defienda de toda difamación, y el Hijo para criarlo y para circuncidarlo, como da a entender cuando dice: "Y llamarás su nombre Jesús", porque en la circuncisión solía darse el nombre al circuncidado.
 

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1

No dice: " Te parirá un hijo", como le había dicho a Zacarías: "Y tu mujer Isabel te parirá un hijo" ( Lc 1,13). Porque la mujer que concibe de varón, da a luz un hijo a su marido, porque más es de éste que de ella; mas la que no había concebido de varón, no da a luz un hijo al marido, sino a sí solamente.
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

O tal vez lo dijo indeterminadamente para manifestar que lo dio a luz para todo el orbe.
 

Rábano

Dice: "Llamarás su nombre", y no "pondrás", porque el nombre estaba ya puesto desde la eternidad.
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 4

Le explica luego lo admirable de este nacimiento, porque Dios es quien envía desde el cielo, por ministerio de un ángel, el nombre que había de ponerse al niño. Y éste no es un nombre cualquiera, sino un nombre tesoro de bienes infinitos. Y así lo interpreta el ángel y funda en él las mejores esperanzas, induciéndole con esto a la fe de lo que le decía, pues para creer otras cosas solemos ser más dóciles.
 

San Jerónimo

Jesús en hebreo significa Salvador. Luego da a entender la etimología del nombre, cuando dice: "Porque él salvará a su pueblo de los pecados de ellos".
 

Remigio

Nos lo presenta como el Salvador de todo el mundo y el autor de nuestra salvación. Pero salva no a los incrédulos, sino a su pueblo, es decir a los que creen en él. Y los salva no tanto de los enemigos visibles, como principalmente de los invisibles, es decir de los pecados. Y los salva no peleando con las armas, sino perdonándolos.
 

Severiano

Vengan ahora y oigan los que preguntan quién es el que María ha engendrado. "Porque El salvará a su pueblo de los pecados de ellos". No salvará al pueblo de otro: ¿y de qué los salvará? De los pecados de ellos. Si no crees a los cristianos que profesan que Dios perdona los pecados, cree a los infieles y judíos que dicen: "Nadie puede perdonar los pecados sino sólo Dios" ( Lc 5,1).