6 DE DICIEMBRE
DEL BUEN USO DE LAS CRIATURAS, Y DE LA INDIFERENCIA ACERCA DE ELLAS
MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO
del P. Nicolás Avancini
ORACIONES PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos:
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Pater noster, Ave María y Gloria.
6 DE DICIEMBRE
DEL BUEN USO DE LAS CRIATURAS, Y DE LA INDIFERENCIA ACERCA DE ELLAS
1. Vio Dios todas las cosas que había hecho y eran muy buenas[1]. Todas las cosas desde su creación eran unos medios tan buenos para conseguir tu fin, que, atendiendo al orden de todo este universo, no podían ser para ello más a propósito. Buena es, pues, la salud, la enfermedad, la honra, la deshonra, las riquezas, la pobreza, la aflicción, el consuelo, etc. Pero su uso se te ha dejado a tu arbitrio. ¿Cómo usaste de ellas hasta aquí? Para la vanidad, para el deleite de los sentidos, para tu ruina. Hiciste injuria al Criador, convirtiendo las criaturas y trayéndolas al mal: hicístela a las criaturas mismas, abusando de ellas para los errores y pecados: y a ti propio te injuriaste; pues por ellas corriste a tu perdición. ¿Has errado? Pues confúndete, duélete, suplica, vuélvete a Dios, confía en Él, implora su auxilio, etc.
2. Bienaventurado el varón cuya esperanza es el nombre del Señor, y no miró a las vanidades y locuras falsas[2]. Considera el modo práctico de usar bien de las criaturas, que es éste. 1. Que las refieras a Dios, no sólo en general, más en particular también, no a la vanidad. 2. Que mires en cada obra en qué o de qué modo te puede aprovechar o dañar para tu último fin. 3. Que repares al afecto y deseo que tengas en cada una de ellas; y veas si buscas en ella a Dios o a ti mismo, o a la vanidad, o a las falsas locuras del mundo. Haz reflexión sobre lo pasado: determina lo porvenir; porque sólo y absolutamente es necesario que uses únicamente de las criaturas para lo que conduce a tu último fin: no te es lícita otra cosa. Imprime seriamente en tu corazón esta verdad.
3. No te apartes de la diestra ni a la siniestra[3]. No te dejes llevar del afecto más a la salud, riquezas y honras, que a la enfermedad, pobreza y al desprecio; porque de la misma suerte, así esto como aquello te lleva allí, para que conozcas, alabes, ames a Dios, etc. Te has de poner indiferente. Cualquiera cosa que te venga, dirígela a Dios igualmente. Aquí, pues, se ha de vender tu propio amor desordenado, y el que tienes a las cosas criadas. Duéletele de que este fue el lazo con que fuiste preso muchas veces: contundente de esto: horrorízate del juicio de Dios que te espera. Sacarás de aquí aborrecer lo deleitable, si te daña: amar lo doloroso, si te aprovecha. Propón esto: pide gracia para ejecutarlo.
ORACIONES PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Oración a San José
Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.