lunes, 11 de diciembre de 2023

12-XII. POR LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS ES DIOS APLACADO, LEVANTADO EL HOMBRE, CONFUNDIDO EL DEMONIO. MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO

12 DE DICIEMBRE

POR LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS ES DIOS APLACADO, LEVANTADO EL HOMBRE, CONFUNDIDO EL DEMONIO

 

MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO

del P. Nicolás Avancini

 

ORACIONES PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos: 

 

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. 

Pater noster, Ave María y Gloria.

 

 

12 DE DICIEMBRE

POR LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS ES DIOS APLACADO, LEVANTADO EL HOMBRE, CONFUNDIDO EL DEMONIO

 

1. Todas las cosas vienen de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo[1]. No puede ser aplacado Dios, ofendido, sino por condonación o satisfacción. No quiso condonar nuestro pecado; quiso que por él se diese satisfacción por nuestra misma naturaleza, ayudada del Verbo a ella unido, y por quien sus méritos se elevasen a infinitos. Teme, alma mía, porque también a ti se te pedirá satisfacción. ¡Y tan raras veces piensas en esto! Mas porque tú, por más que hagas, nada puedes satisfacer, une la nada de lo que haces con el tesoro infinito de los méritos de Cristo.

 

2. Levantando de la tierra al pobre, y sacando del cieno al mendigo[2]. Se había hecho todo terreno el hombre, ya por el conocimiento, ya por el afecto. No veía a Dios; así ni le amaba, porque no le percibía por los sentidos. Hízose por eso visible para levantarnos a Dios por el ejemplo y doctrina. ¿Podrán más las cosas terrenas, y serán más fuertes para llevarte tras sí? ¿Irás a donde ellas te convidan, o a donde el Hijo de Dios te llama? etc.

 

3. Ahora el príncipe de este mundo será echado fuera[3]. Triunfante estaba el demonio por haber echado a perder en un hombre a los hombres todos. Un hombre sólo halló Dios, con quien confundir su soberbia: este es Cristo, Dios y hombre. Así, si un hombre nos perdió, otro nos salva. Mas esto la humanidad no lo hizo sino unida a la Divinidad. Así no vencerás tú al enemigo, si no estás unido con Dios. Por ti solo nada puedes; con Él lo puedes todo.

 

ORACIONES PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS

 

Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:

 

Oración a la Santísima Virgen

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

 

Oración a San José

Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén. 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 



[1] II Cor., 5.

[2] Psalm. 112.

[3] Joan., 12.