25 DE DICIEMBRE
LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA
del P. Nicolás Avancini
ORACIONES PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos:
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Pater noster, Ave María y Gloria.
25 DE DICIEMBRE
LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
1. Sucedió, pues, que estando allí (en el establo de Belén) se cumplió el tiempo de dar d luz la Virgen a su Hijo[1]. ¿A dónde? Considera la vileza del lugar, la estación más fría, el tiempo de la noche; por todas partes miseria y pobreza. ¿Quieres que nazca Cristo en ti? Hazte vil, enfríense tus pasiones, ama ocultarte, sé pobre y humilde. Ama también en ti el Hijo de Dios las mismas cosas que Él escogió para sí.
2. Y dio a luz su Hijo primogénito[2]. Considera los actos de reverencia, humildad, adoración y amor con que la Virgen recibió a su Hijo, y luego le ofreció al Padre por la salud del mundo. Oye sus gemiditos, mira sus lágrimas. Pregúntale ¿por qué lloras? Oye que te responde: Que porque no tiene quien le imite: y determina tú seguirle.
3. Y le envolvió en pañales[3]. Mira la pobreza de la Madre y del Hijo. Y le reclinó en un pesebre. Mira como desde su infancia ama el Hijo de Dios las incomodidades. Y tú, ¿por qué las huyes? Porque no hallaron otro lugar en las posadas. El que te crio no encuentra para habitación suya lugar en ti: y le halla el que te tiene perdido o quiere perderte.
ORACIONES PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Oración a San José
Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.