4 DE DICIEMBRE
DE LA CREACIÓN Y FIN DEL HOMBRE
MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO
del P. Nicolás Avancini
ORACIONES PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos:
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Pater noster, Ave María y Gloria.
4 DE DICIEMBRE
DE LA CREACIÓN Y FIN DEL HOMBRE
1. Crió Dios al hombre a su semejanza[1]. Conoce a tu Criador: su eternidad en la esencia, su omnipotencia en la creación, su bondad en comunicarse, su sabiduría en gobernar, etc. Alaba y glorifica al que te formó. Este es el que te sacó de la nada. De donde has de colegir, que todo eres suyo. Pero ¿cuántas veces te hurtaste a tu Señor? Levántate y vuelve a su posesión, doliéndote, amándole, resignándote, dice san León. Estampó en ti su imagen por la creación: dale gracias. Pero dejó en ti libertad, para que te hagas a su imagen, dice san Basilio. Cotéjate con tu original. Advierte cuánto te falta para serle semejante. Propón procurar esto con más ahínco, en que principalmente faltas. Pide para ello gracia, etc.
2. Formó Dios al hombre del lodo de la tierra e inspiró en su rostro el espíritu de la vida[2]. Al alma noble añadió Dios el cuerpo del lodo de la tierra; para que no te ensoberbezcas demasiado por la nobleza, ni por la vileza caigas de ánimo. Si eres tan noble, ¿por qué te abates a cosas tan indignas? Si tan vil, ¿por qué eres esclavo de tu cuerpo? Vuelve sobre ti. No cuides tanto de tu cuerpo. Mide su cuidado por la necesidad, no por el deleite. Te has de abatir de grado por humildad, antes que por necesidad seas humillado por reducido a polvo.
3. Adorarás a tu Señor y a Él sólo servirás[3]. Este es tu fin para el que fuiste criado. Conoce al Señor, conoce a Dios, conócele por tuyo: y por aquí los títulos por qué le debes adoración y servicios: que son las potencias y sentidos que te dio de alma y cuerpo; pues cada cosa que recibiste de Dios, toda es suya y del todo le está obligada. Haz reflexión y mira en ti cuan poco has ponderado esta verdad: y por lo que has abusado tanto de tus potencias y sentidos. Duélete de esto, detéstalo y propón, etc. Mira al más alto fin a que caminas, sirviendo a Dios; alábale, pues a sí mismo se te propone por premio. Agradécelo, desea, pide gracia, etc.
ORACIONES PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Oración a San José
Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.