10 DE DICIEMBRE
EL PADRE DA AL HIJO, Y EL HIJO SE DA A SÍ MISMO AL MUNDO
MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO
del P. Nicolás Avancini
ORACIONES PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos:
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Pater noster, Ave María y Gloria.
10 DE DICIEMBRE
EL PADRE DA AL HIJO, Y EL HIJO SE DA A SÍ MISMO AL MUNDO
1. Así amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo unigénito[1]. ¿Quién es el que ama? Dios. ¿A quién? A ti te amó. ¿Cómo probó su amor? Dando a su Hijo, y éste, siendo Dios infinitamente amado por ti, ¡Oh! pecador rebelde. Y tú ¡cuán nada das a Dios! Córrete de no desnudarte del afecto de las criaturas y de ti mismo, y de que no te das todo al que te dio su propio Hijo. Repara cuánta obligación tienes de hacer esto.
2. Me amó a mí, y se entregó a sí mismo por mí[2]. Me amó, aun viendo que había de ser ingrato y había de dejar frustrada su intención y sus deseos y se dio a sí en señal de amor, pudiendo negársete por tantos títulos. ¿Qué haces tú por este su amor? ¿Piensas que te hará salvo, si aún resistes? Date, pues, tú todo, al que primero se te dio todo a ti.
3. Teniendo la forma de Dios, se anonadó tomando la de siervo[3]. Y ¿para qué se dio el que se te dio a ti? Para la pobreza, para el desprecio, para los tormentos, para la muerte. Todo esto lo hizo tolerable el amor. No se lo retornas si huyes estas cosas. Resuélvete a sufrirlas para atestiguar tu amor.
ORACIONES PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Oración a San José
Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.