17 DE DICIEMBRE
INTÍMALA EN EL ÁNGEL EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN
MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO
del P. Nicolás Avancini
ORACIONES PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos:
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Pater noster, Ave María y Gloria.
17 DE DICIEMBRE
INTÍMALA EN EL ÁNGEL EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN
1. Oyendo la Virgen lo que la decía el Ángel, se turbó al oír su salutación[1]. Se turba, esto es, se confunde al oír tan grandes alabanzas suyas, al ver tanto acatamiento de un Ángel. Esta es la primera propiedad de los humildes. ¡Oh, cuánto distas tú de la Virgen! Te turbas al oír tus vituperios; te alegras a tus alabanzas. Ella tiene horror a las que merece, y son tan verdaderas: tú buscas las que no mereces, y son tan falsas.
2. No temas, MARÍA, porque hallaste gracia con Dios[2]. Una sola razón la da para quitarla todo temor, esto es, que está en la gracia de Dios. Este es un escudo inexpugnable. ¿Qué puede temer aquel a quien Dios ama? Desea, pues, agradar a Este, no a los hombres. Le agradarías más si quisieras agradar menos a estos.
3. Mira, que concebirás en tu vientre un hijo, y le llamarás Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo: y reinará en la casa de Jacob eternamente[3]. Da parabienes a la Virgen, de que se le da Hijo tan grande. Adora a tal Hijo: reconócelo por Dios, cree en Él: ámale y sujétate a su imperio.
ORACIONES PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Oración a San José
Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén.
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
***
¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
***
Ave María Purísima, sin pecado concebida.