domingo, 25 de agosto de 2024

PARÁBOLA DEL SEMBRADOR Y DE LO QUE SEMBRABA. LUNES DE LA DECIMOCUARTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


PARÁBOLA DEL SEMBRADOR Y

DE LO QUE SEMBRABA.

LUNES DE LA DECIMOCUARTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

LUNES DE LA DECIMOCUARTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

PARÁBOLA DEL SEMBRADOR Y

DE LO QUE SEMBRABA.

 

1. Salió el que siembra (1). El sembrador es Dios, que salió comunicándose por su bondad a las criaturas, produciéndolas por su poder, gobernándolas por su providencia. Admira y ama su hondad: sujétate a su poder: sométete a su próvido cuidado. 2º. Jesucristo es sembrador, que salió del Padre, y vino al mundo hecho hombre, sólo por puro amor nuestro. Reconoce tal amor, y retórnale. 3º. Es lo de también cualquier varón apostólico que sale a procurar la salud de su prójimo. Este necesita de celo y de sólida virtud, no sea que buscando la salud ajena, pierda la propia. Advierte cuan necesario te es adquirir en tu vocación virtudes sólidas. Mira las que te faltan.

2.- A sembrar su simiente (2). La semilla son: 1º. Las criaturas: el mundo es la tierra en que se siembran. En ésta tú has sido puesto también. Acuérdate de tu Criador y tu gobernador. 2º. La sangre, los méritos de Cristo, y las gracias, que de aquí proceden. La tierra es el alma, así estéril como fecunda; porque ninguna hay, a quien no se den. ¡Admirable es la bondad de Dios! ¡Miserable la esterilidad de tantas almas! 3º. Es la doctrina evangélica, las internas inspiraciones. El campo es el entendimiento igualmente estéril también, que fuera del conocimiento nada más dirige; pero fecundo en cuanto inclina la voluntad ¡Cuánto cuidado se debe tener en cultivar el entendimiento, fecundándole de principios sobrenaturales! ¡Cuán de admirar son las divinas inspiraciones!

3.- Al sembrar una cayó en el camino (3). De tres modos es la tierra estéril. Una es por ser camino por donde van todos. Tal es el alma derramada en las criaturas, nada recogida en sí, abierta a todo género de pensamientos de mundo, que, como pasajeros, pisan las buenas inspiraciones. De donde proviene, que no se halla en el trato con Dios gusto alguno: una hora de oración se hace un año, cuyo fin apenas aguardas para volver a tus diversiones. ¡Oh alma miserable, por quien, menos Dios, todos pasan! Cerca, pues, tu camino (4) con la hora ordinaria de oración o también con más frecuente recogimiento. Aviva, renovando entre día los propósitos de la mañana.

 

(1) Luc., 8. (2) Ibid. (3) Luc., 8. (4) Osee, 2.

 

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros. 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.