sábado, 31 de agosto de 2024

SON INSTRUIDOS Y ENVIADOS A PREDICAR LOS APÓSTOLES. DOMINGO XV DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


SON INSTRUIDOS Y ENVIADOS A

PREDICAR LOS APÓSTOLES.

DOMINGO XV DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

DOMINGO XV DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

SON INSTRUIDOS Y ENVIADOS A

PREDICAR LOS APÓSTOLES.

 

1. Yendo, predicad, diciendo: se acercó a vosotros el reino de los cielos (1). Esta es la materia que se ha de tratar con los prójimos. En todas partes el reino de Dios inspira los medios que conducen a su logro. Corta aquellas inútiles conversaciones que disipan el espíritu, que agravan tu conciencia, en que gastas el tiempo inútilmente, y no edificas al prójimo. Mas, para hacer esto con él, acostúmbrate primero a hacerlo contigo. Incúlcate a ti mismo el reino de Dios con las meditaciones, en las pláticas domésticas.

2.- Curad los enfermos (2) con espirituales consuelos. A los muertos a Dios por el pecado, resucitadlos o con la exhortación, o con la absolución. A los leprosos, que inficionan a otros, o con la doctrina, o con el ejemplo, limpiadlos, induciéndolos a penitencia. A los demonios, las malas costumbres, los vicios públicos, echadlos y curadlos, para que ninguno peque sin castigo. Lo que habéis recibido de gracia, dadlo graciosamente, no buscando vuestras comodidades. Examina si lo has hecho así con el prójimo, o ¿acaso no te pide esto a ti tu vocación apostólica? * Repare cualquiera cristiano, si lo hace así con la familia, con los compañeros, con todo prójimo, con la palabra, con el ejemplo, etc.

3.- No llevéis cosa en los caminos, ni una vara (3), que os sirva para defenderos contra cualquiera violencia, ni mochila en que llevéis provisión, ni aún pan para remediar la necesidad más precisa, ni dinero, ni dos túnicas para esplendor y fausto. Así trata Dios a sus mayores amigos, a quienes quiere unidos consigo íntimamente, y por eso apartados del todo del cuidado y afecto de las cosas de la tierra. Nunca te unirás a Dios, si no te abstraes de las criaturas. ¡Oh miserable! ¡para qué te unes y llegas tanto a estas que despedazan y acaban!

 

(1) Matth., 10. (2) Ibid. (3) Luc., 9.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros. 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.