jueves, 1 de agosto de 2024

DEL AMOR A LOS ENEMIGOS. VIERNES DE LA DÉCIMA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


DEL AMOR A LOS ENEMIGOS.

VIERNES DE LA DÉCIMA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

VIERNES DE LA DÉCIMA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

DEL AMOR A LOS ENEMIGOS.

 

1.-Pero Yo os digo: Amad a vuestros enemigos (1). ¿Quién lo dice? El que primero nos amó (2). Y siendo sus enemigos, nos reconcilió con Dios por medio de su muerte (3). Considera que el que es tu enemigo es criatura de Dios como tú; que si tienes a Dios por padre, él es tu hermano que fue criado para el mismo fin que tú, redimido con la misma sangre, Amale por ti mismo; porque a ti te es útil; porque te ejercita para la gloria; porque si le perdonas a él, también a ti te perdonará Dios; y si aborreces, ¿a quién dañas sino a tu alma? Porque mayor daño te es para ti ese mismo odio, que cuanto él te pueda causar. Ama y serás amado de Dios.

2.- Haced bien a los que os aborrecen, y orad por vuestros calumniadores (4). Al afecto del corazón se ha de añadir la caridad de palabra y obra. No basta no aborrecer, es menester amar. Mas el amor no es un afecto ocioso, es eficaz, que se ha de ver en las obras. ¿Qué es lo que haces tú con el que te aborrece, con el que te calumnió? ¿No le vuelves mal por mal? ¿Qué es lo que hablas de él? ¿Sigues por ventura a san Pablo, que decía: Nos maldicen y nosotros bendecimos (5)? ¿Imitas acaso a Cristo, que oraba por los que le crucificaban?

3.- Para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en los cielos (6). Mira lo que ganas con el amor de los enemigos. ¿Quieres ser hijo de Dios? Tienes un modo fácil: Ama a tu enemigo. ¿En qué conocerás ser hijo de Dios, si no fueres a Dios muy parecido? dice san Juan Crisóstomo (7). ¿Este por ventura no hace nacer su sol sobre buenos y sobre malos? ¿Aun ofendiéndole tú, no te conserva? ¿No te perdona tantas veces tus pecados?

 

(1) Matth., 5. (2) I Joan., 4. (3) Rom., 5. (4) Matth., 5.

(5) I Cor., 4. (6) Matth., 5. (7) Hom. 31 in Imperf.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros. 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.