JUEVES DE LA III SEMANA DE CUARESMA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Evangelio según san Lucas 4, 38-44
Al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de
Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella.
Él, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella,
levantándose enseguida, se puso a servirles.
Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos
con diversas dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada
uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban
y decían: «Tú eres el Hijo de Dios». Los increpaba y no les dejaba hablar,
porque sabían que él era el Mesías.
Al
hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto. La gente lo andaba buscando
y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para que no se separara de
ellos. Pero él les dijo: «Es necesario que proclame el reino de Dios también a
las otras ciudades, pues para esto he sido enviado».Y predicaba en las
sinagogas de Judea.