viernes, 11 de marzo de 2016

EL ROSARIO CON SAN EULOGIO DE CÓRDOBA


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial:  Se hace hoy memoria de San Eulogio de Córdoba nacido en esta ciudad a comienzos del siglo IX, y en la que ejercitó su ministerio sacerdotal.  En la persecución por parte de los musulmanes, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para sus hermanos cristianos. Sufrió le martirio el 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo.
Invocando su protección acudimos a la Virgen María, Madre de todos los cristianos, y le pedimos la fuerza para defender y proclamar con valentía la fe. Ofrecemos este rosario, por los cristianos perseguidos en los países islámicos.
Señor mío Jesucristo... 
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Danos, Señor, tu ayuda en la tribulación, porque el auxilio humano es ineficaz. Danos fortaleza para luchar en los combates, y míranos propicio desde Sión, de modo que, siguiendo las huellas de tu pasión, podamos beber alegres el cáliz del martirio.”
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Señor, Dios omnipotente, verdadero consuelo de los que en ti esperan, remedio seguro de los que te temen y alegría perpetua de los que te aman: Inflama, con el fuego de tu amor, nuestro corazón y, con la llama de tu caridad, abrasa hasta el hondón de nuestro pecho, para que podamos consumar el comenzado martirio.”
3. La coronación de espinas
“No le falte tampoco, Señor, al pueblo católico, tu piadoso vigor en las dificultades. Defiende a tu Iglesia de la hostigación del perseguidor. Y haz que esa corona, tejida de santidad y castidad, que forman todos tus sacerdotes, tras haber ejercitado limpiamente su ministerio, llegue a la patria celestial..”
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Tengo miedo a mis malas obras. Mis pecados me atormentan. Veo su monstruosidad. Medito frecuentemente en el juicio que me espera, y me siento merecedor de fuertes castigos. Apenas me atrevo a mirar el cielo, abrumado por el peso de mi conciencia”
5. La crucifixión y muerte del Señor

Ante el juez dijo que quería convencerlo para negar la fe dijo: “Si supieses los inmensos premios que nos esperan a los que proclamamos nuestra fe en Cristo, no sólo no me dirías que debo dejar mi religión, sino que tu dejarías a Mahoma y empezarías a creer en Jesús. Yo proclamo aquí solemnemente que hasta el último momento quiero ser amador y adorador de Nuestro Señor Jesucristo".