lunes, 21 de marzo de 2016

EVANGELIO DEL DÍA: Dejadla que lo emplee para honrar de antemano el día de mi sepultura. Pues en cuanto a los pobres, los tenéis siempre con vosotros; pero a mí no me tenéis siempre.


LUNES SANTO: UNCIÓN EN BETANIA
Forma Extraordinaria del Rito Romano

Evangelio según San Juan 12,1-9. 
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos.  Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.  María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.  Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».  Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.  Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura;  porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis». Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.  Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.