domingo, 27 de marzo de 2016

ESTE SUCESO NOS INDICA QUÉ ES LO QUE DEBE HACERSE EN LA SANTA IGLESIA. San Gregorio Papa


Homilía de maitines

DOMINGO DE RESURRECION
Forma Extraordinaria del Rito Romano

Homilía de San Gregorio Papa
Homilía 21 sobre los Evangelios
Habéis oído, carísimos hermanos, que las santas mujeres que fueron en busca del señor con aromas al sepulcro, querían tributar con humanidad los últimos honores al difunto, que tanto habían amado en vida. Más este suceso nos indica qué es lo que debe hacerse en la santa Iglesia. Es preciso que de tal modo oigamos las cosas que han sucedido, que pensemos en lo que nosotros debemos hacer para su imitación. Pues creyendo nosotros en aquel que murió, si empapados en el aroma de las virtudes buscamos al Señor con la opinión de las buenas obras, vamos también con aromas al sepulcro. Aquellas mujeres que vinieron con los aromas, vieron a los ángeles; porque las almas que caminan en busca del señor por los santos deseos con el aroma de las virtudes, ven a los habitantes de la patria celestial.
Es de notar lo que se significa cuando se dice que el ángel estaba sentado a la derecha. ¿Qué significa por el lado izquierdo sino la vida presente, y por el lado derecho la vida eterna?. De aquí que se diga en el Cantar de los Cantares: "Su izquierda debajo de mi cabeza y su derecha me abrazará" (Cant 2,6). Por consiguiente, como nuestro Redentor había ya dejado la vida presente, con mucha razón estaba sentado a la derecha del ángel que había venido a anunciar su vida perpetua. Y apareció vestido de blanco, porque anunció los gozos de nuestra festividad. La blancura del vestido significa el esplendor de nuestra solemnidad. ¿De la nuestra o de la suya?. Hablando con verdad, podemos decir de la suya y de la nuestra. La resurrección de nuestro Redentor fue y es nuestra fiesta, porque nos concedió la gracia de volver a la inmortalidad; y es la fiesta de los ángeles, porque con nosotros se completa su número.
El ángel se apareció vestido de blanco en la fiesta nuestra y suya; porque siendo nosotros llevados a la patria celestial por la resurrección del Señor, se reparan los daños de la patria celestial. Pero oigamos qué es lo que dice a las mujeres cuando se acerca al sepulcro: "No temáis", como si dijera: teman todos aquellos que no aman, ni desean la venida de los habitantes de la patria celestial; teman todos aquellos que, siendo víctimas de los deseos carnales, desesperan de poder llegar a ser compañeros suyos. Vosotros, ¿por qué teméis al ver a vuestros conciudadanos? De aquí que san Mateo, al describir la aparición del ángel, dice: "Era su rostro como el relámpago y sus vestidos como nieve". En el relámpago está representado el terror del temor, y en la nieve la suavidad del candor.