LO
QUE HEMOS DE MEDITAR EN LA PASIÓN DE CRISTO.
San Pedro de Alcántara
Seis cosas se han de
meditar en la pasión de Cristo: La grandeza de sus dolores, para compadecernos
de ellos. La gravedad de nuestro pecado, que es la causa, para aborrecerlo. La
grandeza del beneficio, para agradecerlo. La excelencia de la Divina bondad y
caridad, que allí se descubre, para amarla. La conveniencia del misterio, para
maravillarse de él. Y la muchedumbre de las virtudes de Cristo, que allí
resplandecen, para imitarlas. Pues conforme a esto, cuando vamos meditando
debemos ir inclinando nuestro corazón, unas veces a compasión de los dolores de
Cristo, pues fueron los mayores del mundo, así por la delicadeza de su cuerpo,
como por la grandeza de su amor, como también por padecer sin ninguna manera de
consolación, como en otra parte está declarado. Otras veces debemos tener
respeto a sacar de aquí motivos de dolor de nuestros pecados, considerando que
ellos fueron la cause de que Él padeciese tantos y tan graves dolores como
padeció. Otras veces debemos sacar de aquí motivos de amor y agradecimiento,
considerando la grandeza del amor que Él por aquí nos descubrió y la grandeza
de beneficio que nos hizo redimiéndonos tan copiosamente, con tanta costa suya
y tanto provecho nuestro.