CON SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO
INVOCACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS
Eterno Padre, por el amor que tienes a san José escogido por ti entre todos para representarte en la tierra, ten piedad de nosotros. Gloria Patri.
Eterno Hijo, por el amor que tienes a san José, tu fiel custodio en la tierra, ten piedad de nosotros. Gloria Patri.
Eterno Espíritu Santo, por el amor que tienes a san José, custodio de la Virgen María, tu dilectísima esposa, ten piedad de nosotros. Gloria Patri
CUARTO DÍA. El ejemplo de Jesucristo, que quiso en la tierra honrar a San José, hasta el extremo de sujetarse en todo a su autoridad, debería excitar en nosotros mucha devoción a este gran Santo; pues merece ser muy honrado de los hombres quien por el Rey de reyes fue tan honrado y enaltecido.
Vos sois también nuestro padre, oh glorioso San José, y nosotros vuestros hijos, que ya somos hermanos de Jesús. Por este título tenemos derecho a la ternura de vuestro corazón paternal, y aguardamos confiados vuestra protección en esta vida, y especialmente en la hora de nuestra muerte. Pídase la gracia que se desea alcanzar en esta novena.
Jaculatoria.— Concedednos la gracia de implorar vuestro patrocinio con filial confianza.
Padrenuestro, avemaría y gloria
PARA FINALIZAR CADA DÍA, SE RECITA LA SIGUIENTE ORACIÓN.
Acordaos, purísimo Esposo de la Santísima Virgen María, dulce protector mío San José, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección y reclamando vuestro auxilio, haya quedado sin consuelo. Con esta confianza vengo a vuestra presencia y me encomiendo fervorosamente a Vos. No despreciéis mi súplica, ¡Oh Padre adoptivo del Redentor!, antes bien, acogedla benignamente. Amén.