[SEGUNDO DÍA]
NOVENA A SAN JOSÉ
CON SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO
INVOCACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS
Eterno Padre, por el amor que tienes a san José escogido por ti entre todos para representarte en la tierra, ten piedad de nosotros. Gloria Patri.
Eterno Hijo, por el amor que tienes a san José, tu fiel custodio en la tierra, ten piedad de nosotros. Gloria Patri.
Eterno Espíritu Santo, por el amor que tienes a san José, custodio de la Virgen María, tu dilectísima esposa, ten piedad de nosotros. Gloria Patri
SEGUNDO DÍA. Habiendo Dios destinado a San José para ejercer el noble cargo de padre sobre la augusta persona del Verbo encarnado, debe tenerse por cierto que le confirió todas las dotes de sabiduría y santidad que le eran menester para ello.
¡Oh, bienaventurado Patriarca! Vos que ahora estáis en el Cielo, cerca de vuestro amado Jesús, tened compasión de mí, que vivo todavía en este valle de miseria, rodeado de tantos enemigos y siempre expuesto al peligro de perder la gracia de Dios. Socorredme, pues, amorosamente; cubridme con las alas de vuestro poderoso patrocinio, y no dejéis de protegerme hasta que me halle en posesión de la patria bienaventurada. Pídase la gracia que se desea alcanzar en esta novena.
Jaculatoria.— Alcanzadme, glorioso San José, las gracias que necesito para mi salvación.
Padrenuestro, avemaría y gloria
PARA FINALIZAR CADA DÍA, SE RECITA LA SIGUIENTE ORACIÓN.
Acordaos, purísimo Esposo de la Santísima Virgen María, dulce protector mío San José, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección y reclamando vuestro auxilio, haya quedado sin consuelo. Con esta confianza vengo a vuestra presencia y me encomiendo fervorosamente a Vos. No despreciéis mi súplica, ¡Oh Padre adoptivo del Redentor!, antes bien, acogedla benignamente. AméN.