NUEVA LECCIÓN DE PUREZA
Dom Gueranger
Jueves Santo
NUEVA LECCIÓN DE PUREZA. — La acción del Salvador de lavar los pies a sus discípulos antes de admitirles a participar de su divino misterio encierra para nosotros una lección. Hace unos momentos nos decía el Apóstol: Examínese cada uno a sí mismo; “Jesús dice a sus discípulos: “Vosotros estáis limpios” y añade después: “mas no todos”. Del mismo modo nos dice el Apóstol que hay quienes se hacen reos del cuerpo y de la sangre del Señor”. Temamos la muerte de éstos y examinémonos a nosotros mismos; examinemos nuestra conciencia antes de acercarnos a la Sagrada Mesa. El pecado mortal y el afecto al pecado, trocarían en veneno el alimento que da la vida al alma. Pero, si debemos tener gran reverencia a la Mesa del Señor, para presentarnos a ella sin las manchas por las cuales pierde el alma toda semejanza con Dios y le entrega a los dardos terribles de Satán, debemos también, por respeto a la santidad divina que va a venir a nosotros, purificar hasta las más leves manchas, con las que pudiéramos herirlos. “El que ya está limpio, no necesita lavarse más que los pies”, dice el Señor. Los pies son los lazos terrestres por los cuales estamos expuestos a pecar. Vigilemos sobre nuestros sentidos y sobre los movimientos de nuestra alma. Purifiquémonos de estas manchas con una confesión sincera con la penitencia, con las penas y mortificaciones, a fin de que recibiendo dignamente este Santo Sacramento, despliegue en nosotros toda la plenitud de su virtud.