JESÚS VIVE EN LA IGLESIA
Dom Gueranger
VIERNES DE PASCUA
JESÚS VIVE EN LA IGLESIA. — En este pasaje del Evangelio, San Mateo, el evangelista que más brevemente cuenta la Resurrección del Salvador, resume en pocas palabras las relaciones de Jesús resucitado con sus discípulos en Galilea. Fue allí donde apareció visible no solamente a los Apóstoles sino también a otras muchas personas. El evangelista nos muestra al Salvador dando a sus Apóstoles la misión de ir a predicar su doctrina por el mundo entero; y como él no volverá a morir, se compromete a permanecer con ellos hasta el fin de los siglos, Pero los Apóstoles no vivirán hasta el último día del mundo; ¿como, pues, se cumplirá la promesa? Es que los Apóstoles, como hemos dicho, se perpetúan en la Iglesia; su testimonio y el de la Iglesia se entrelazan de modo indisoluble; y Jesucristo vela para que este testimonio único sea tan fiel como ininterrumpido. Hoy mismo tenemos a la vista un monumento de su valor incontrastable. Pedro y Pablo predicaron en Roma la Resurrección de su Maestro y pusieron allí los fundamentos del cristianismo; cinco siglos más tarde, la Iglesia, que no había dejado de ampliar sus conquistas, recibía como en parias de manos de un emperador el templo vacío y despojado de todas las falsas deidades y el sucesor de Pedro le dedicaba a María, la Madre de Dios, y a toda la legión de testigos de la Resurrección que se llaman los Mártires. La rotonda de este vasto templo reúne hoy “a la asamblea de los fieles. En este edificio, que vio extinguirse el fuego de los sacrificios paganos por falta de combustible, y que después de tres siglos de abandono, como para expiar su pasado impío, purificado ahora por la Iglesia, recibe dentro de sus muros al pueblo cristiano, los neófitos no pueden menos de exclamar: “Verdaderamente resucitó Cristo, pues, después de haber muerto en una cruz, triunfa de esta manera de los Césares y de los dioses del Olimpo.'”