Por la señal…
CONSAGRACIÓN compuesta por S. Maximiliano Kolbe
"Oh Inmaculada, reina del cielo y
de la tierra, refugio de los pecadores y
Madre nuestra amorosísima, a quien Dios
confió la economía de la misericordia. Yo, pecador indigno, me postro ante ti,
suplicando que aceptes todo mi ser como
cosa y posesión tuya. A ti, Oh Madre, ofrezco todas las dificultades de mi alma y mi cuerpo,
toda la vida, muerte y eternidad. Dispón también, si lo deseas, de todo mi ser, sin ninguna reserva, para cumplir lo que de ti ha sido dicho: "Ella
te aplastará la cabeza", y también: "Tú
has derrotado todas las herejías en el mundo". Haz que en tus manos
purísimas y misericordiosas me convierta en instrumento útil para introducir y
aumentar tu gloria en tantas almas
tibias e indiferentes, y de este modo,
aumentar en cuanto sea posible el bienaventurado Reino del Sagrado Corazón de Jesús.Donde tú
entras oh Inmaculada, obtienes la gracia
de la conversión y la santificación, ya que toda gracia que fluye del Corazón de Jesús para nosotros,
nos llega a través de tus manos. Ayúdame a alabarte, Oh Virgen Santa y dame
fuerza contra tus enemigos.
Y se dice tres veces:
Oh María sin pecado concebida, R/. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
9
|
. Del Evangelio según san Lucas 1, 41-45
Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran
voz, dijo: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de
dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis
oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha
creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!
"
De los escritos de San Maximiliano
Kolbe: " Queridísimos hijos, cómo
desearía decirles, repetirles lo buena que es la Inmaculada, para poder alejar
para siempre de sus pequeños corazones la tristeza, el desaliento interior, el
abatimiento. La sola invocación “María”, acaso con el ánimo sumergido en las
tinieblas, en las arideces, y hasta en la desgracia del pecado, ¡qué eco
produce en su Corazón que tanto nos ama! Y cuanto más infeliz es el alma,
hundida en sus pecados, tanto más este Refugio de los pobres pecadores como
nosotros, la rodea de cariñosa y solícita protección. Pero no se aflijan nunca
si no sienten tal amor. Si quieren amar, ésta es ya una señal segura de que
están amando; se trata sólo de un amor que procede de la voluntad. También el
sentimiento exterior es fruto de la gracia, pero no siempre sigue
inmediatamente a la voluntad. Puede venirles, queridos míos, un pensamiento,
casi una triste nostalgia, una súplica, un lamento. “¿Quién sabe si la Inmaculada
me ama todavía?” ¡Hijos amadísimos! Se lo digo a todos juntos y a cada uno en
particular en su nombre, anótenlo bien, en su nombre: Ella ama a cada uno de
ustedes, los ama mucho y en todo momento sin excepción alguna. Esto,
queridísimos hijos, se lo repito en su nombre.
Ámala, Ámala a la Inmaculada. Ella te hará feliz. Fíate de ella sin
límites."
Oración para finalizar todos los días
de San Maximiliano Kolbe
Dime quién eres, Oh Inmaculada, Reina
del cielo y de la tierra, quiero
ardientemente conocerte, conocerte cada
vez más profundamente y sin algún
límite, para amarte con un ardor
igualmente sin límites. Deseo que tú
seas conocida por otras almas, a fin de
que también por ellas, cada vez más
numerosas, tú seas amada.
●Pida cada uno la
gracia que desea alcanzar en esta novena:
(Breve silencio)
1.
Por tu Inmaculada Concepción, María, concédenos la pureza del alma, la
limpieza de corazón y la castidad del cuerpo.
Avemaría y Gloria
2.
Por tu Inmaculada Concepción, María, danos el detestar el pecado y la
fortaleza para apartarnos de la ocasión de ofender a Dios.
Avemaría y Gloria
3.
Por tu Inmaculada Concepción, María, concédenos amar y desear la virtud,
resplandor de la belleza divina.
Avemaría y Gloria
AVE
MARÍA PURÍSIMA,
R/.
Sin pecado concebida.