La
hermenéutica secularizada de la Sagrada Escritura es fruto de una razón que
estructuralmente se cierra a la posibilidad de que Dios entre en la vida de los
hombres y les hable con palabras humanas.
La interpretación
de la Sagrada Escritura presupone una armonía entre la fe y la razón: una
fe que busca entender y una razón abierta a la fe.
Si esto no
es así, la fe puede degenerar en fideísmo que llevaría a lecturas
fundamentalistas; y una razón que no ponga en sí misma el límite ante lo que le
excede; el mismo misterio de Dios que se nos revela.
La fe
cristiana se muestra profundamente razonable al hombre que busca sinceramente
la verdad y el sentido último de la propia vida y de la historia.
Cfr. Verbum Domini 35