LA
VÍA DE LA CARIDAD
Reflexión
diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (n. 204-208)
La
caridad debe ser reconsiderada en su auténtico valor de criterio supremo y universal
de toda la ética social: de todas las vías, incluidas las que se buscan y
recorren para afrontar las formas siempre nuevas de la actual cuestión social, la « más excelente » (1 Co 12,31) es la vía trazada por la
caridad.
Los
valores de la verdad, de la justicia y de la libertad, nacen y se desarrollan
de la fuente interior de la caridad:
-
la convivencia humana resulta ordenada, fecunda en el bien y
apropiada a la dignidad del hombre, cuando se funda en la verdad;
-
cuando se realiza según la justicia, es decir, en el efectivo
respeto de los derechos y en el leal cumplimiento de los respectivos deberes;
-
cuando es realizada en la libertad que corresponde a la dignidad
de los hombres, impulsados por su misma naturaleza racional a asumir la
responsabilidad de sus propias acciones;
-
cuando es vivificada por el amor, que hace sentir como propias las
necesidades y las exigencias de los demás e intensifica cada vez más la
comunión en los valores espirituales y la solicitud por las necesidades
materiales.
-
Estos valores determinan la cualidad de toda acción e institución
social.
La
caridad presupone y trasciende la justicia: pues
solamente el amor (también ese amor benigno que llamamos “misericordia”), es
capaz de restituir el hombre a sí mismo.
No
se pueden regular las relaciones humanas únicamente con la medida de la
justicia: la justicia, en efecto, en todas las esferas de las relaciones
interhumanas, debe experimentar, por decirlo así, una notable “corrección” por parte del amor.
De
hecho, solo la caridad es capaz de persuadir a hombres y pueblos a vivir en
la unidad, en la fraternidad y en la paz. Se acuña así el termino de “caridad social y política” que nos
hace amar el bien común y nos
lleva a buscar efectivamente el bien de todas las personas, consideradas no
sólo individualmente, sino también en la dimensión social que las une. Esta
caridad social implica también una acción social hacia el indigente y
necesitado, que según las situaciones, ha servirse de las mediaciones
sociales para mejorar la vida, o bien eliminar los factores sociales que causan
la indigencia.