IX
DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS
FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
Al acercarse y ver la ciudad,
lloró sobre ella, mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo
que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días
sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán
el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra
sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita». Después entró en
el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: “Mi
casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”». Todos los días enseñaba en el
templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del
pueblo buscaban acabar con él.
Lc 19, 41-47