Capítulo 24.2
JUICIO Y CASTIGOS DE LOS PECADORES.
CONSEJOS ÚTILES PARA LA VIDA ESPIRITUAL
Libro primero De la imitación de Cristo
ORACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y hagamos un acto de fe, esperanza y caridad:
ACTO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD
Creo en Dios Padre; Creo en Dios Hijo; Creo en Dios Espíritu Santo; Creo en la Santísima Trinidad; Creo en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Espero en Dios Padre; Espero en Dios Hijo; Espero en Dios Espíritu Santo; Espero en la Santísima Trinidad; Espero en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Amo a Dios Padre; Amo a Dios Hijo; Amo a Dios Espíritu Santo; Amo a la Santísima Trinidad; Amo a mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Amo a María santísima, madre de Dios y madre nuestra y amo a mi prójimo como a mí mismo.
Amo a San José, a los ángeles y a mis hermanos los santos, particularmente a mis santos patrones y protectores. Amo a los que me aman, mis familiares y amigos, amo a los que me odian y a los que les soy molesto o indiferente. Amo a los que he hecho mal o he inducido a pecar. Pido para ellos y para mí, las gracias necesarias para la salvación. Amén.
Capítulo 24
JUICIO Y CASTIGOS DE LOS PECADORES.
Segunda parte
5. Entonces se sentará a juzgar quien ahora se somete con humildad a los juicios de los hombres. Entonces tendrá gran confianza el pobre y humilde pero el arrogante estará aterrado por todas partes. Entonces se hará patente que el auténtico sabio en este mundo fue el que aprendió a aparecer como tonto y despreciado por Cristo. Entonces se alegrarán todas las personas devotas y se entristecerán todos los irreligiosos. Entonces se animará más el cuerpo que sufrió privaciones que si siempre se hubiera nutrido con delicias. Entonces resplandecerá la ropa modesta y se oscurecerán los finos vestidos. Entonces se valorizará más la vivienda pobre que el palacio recubierto de oro. Entonces más ayudará la constante paciencia que todo el poderío del mundo. Entonces será más encomiada la simple obediencia que los profundos conocimientos. Entonces se ponderará más el desprecio de las riquezas que todos los tesoros de la tierra. Entonces te aliviará más haber orado con dedicación que haber comido exquisitamente. Entonces te gozarás más de haber respetado el silencio que de largas habladurías. Entonces valdrán más las actividades santas que muchas bellas palabras. Entonces satisfará más la vida austera y la ardua penitencia que todos los deleites de la tierra.
6. Aprende ahora a sufrir moderadamente para que puedas liberarte de sufrimientos mayores. Prueba aquí primero de lo que serás capaz después. Si ahora puedes soportar tan poco ¿Cómo podrás aguantar las torturas eternas? Si al presente sobrellevas tan impacientemente un breve padecimiento ¿qué hará entonces el infierno? La verdad es que no puedes tener dos gozos completos: deleitarte aquí en el mundo y después reinar con Cristo. Si hasta el día de hoy hubieras vivido en medio de honores y libertinaje y te llegara el momento de morir, ¿de que te habría servido? Todo, por tanto, es vaciedad fuera de amar y servir a Dios. Quien ama a Dios con todo su corazón no teme a la muerte, ni a los suplicios, ni al juicio ni al infierno, porque el perfecto amor nos da seguro acceso a Dios. No extrañe que quien insiste en deleitarse y en pecar esté asustado por la muerte y el juicio. Bueno es, con todo, que si el amor no nos aparta del mal, por lo menos el miedo al infierno nos cohiba. Porque el que pospone el temor a Dios, no puede durar mucho tiempo obrando bien sino que caerá pronto en las trampas del demonio.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración recitando las preces de las letanías del santo nombre de Jesús.
PRECES DE LAS LETANÍAS
DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS
Jesús, óyenos. Jesús, óyenos
Jesús, escúchanos. Jesús, escúchanos
Sednos propicio, perdónanos, Jesús
Sednos propicio, escúchanos, Jesús
De todo mal, líbranos, Jesús
De todo pecado, líbranos, Jesús
De tu ira, líbranos, Jesús
De las asechanzas del demonio, líbranos, Jesús
Del espíritu impuro, líbranos, Jesús
De la muerte eterna, líbranos, Jesús
Del menosprecio de tus inspiraciones, líbranos, Jesús
Por el misterio de tu santa encarnación, líbranos, Jesús
Por tu natividad, líbranos, Jesús
Por tu infancia, líbranos, Jesús
Por tu divinísima vida, líbranos, Jesús
Por tus trabajos, líbranos, Jesús
Por tu agonía y pasión, líbranos, Jesús
Por tu cruz y desamparo, líbranos, Jesús
Por tus sufrimientos, líbranos, Jesús
Por tu muerte y sepultura, líbranos, Jesús
Por tu resurrección, líbranos, Jesús
Por tu ascensión, líbranos, Jesús
Por tu institución de la santísima eucaristía, líbranos, Jesús
Por tus gozos, líbranos, Jesús
Por tu gloria, líbranos, Jesús
Oremos:
Señor nuestro Jesucristo, que dijiste: pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán; te suplicamos nosotros que pedimos la ternura de tu divino amor, que, amándote de palabra, de obra y de todo corazón, nunca dejemos de bendecir tu santo nombre.
Haz, Señor, que reine siempre en nosotros un temor respetuoso y un amor ardiente a tu santo nombre; ya que tu providencia no abandona jamás a los que has establecido en la solidez de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.