Capítulo 22.2
CONSIDERACIÓN DE LAS LIMITACIONES HUMANAS
CONSEJOS ÚTILES PARA LA VIDA ESPIRITUAL
Libro primero De la imitación de Cristo
ORACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y hagamos un acto de fe, esperanza y caridad:
ACTO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD
Creo en Dios Padre; Creo en Dios Hijo; Creo en Dios Espíritu Santo; Creo en la Santísima Trinidad; Creo en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Espero en Dios Padre; Espero en Dios Hijo; Espero en Dios Espíritu Santo; Espero en la Santísima Trinidad; Espero en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Amo a Dios Padre; Amo a Dios Hijo; Amo a Dios Espíritu Santo; Amo a la Santísima Trinidad; Amo a mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Amo a María santísima, madre de Dios y madre nuestra y amo a mi prójimo como a mí mismo.
Amo a San José, a los ángeles y a mis hermanos los santos, particularmente a mis santos patrones y protectores. Amo a los que me aman, mis familiares y amigos, amo a los que me odian y a los que les soy molesto o indiferente. Amo a los que he hecho mal o he inducido a pecar. Pido para ellos y para mí, las gracias necesarias para la salvación. Amén.
Capítulo 22.2
CONSIDERACIÓN DE LAS LIMITACIONES HUMANAS
5. ¿Por qué quieres postergar para mañana tu propósito?; levántate, empieza de inmediato y di: Ahora es tiempo de actuar Ahora es tiempo de luchar. Ahora es tiempo apto para reformarme. Cuando no te sientes bien y estás atribulado, entonces es tiempo de adquirir mérito. Es necesario que pases a través de fuego y agua antes que logres el descanso (Sal 66, 12). Si no empleas en ti tu propia fuerza jamás dominarás los defectos. Mientras conducimos nuestro frágil cuerpo no podemos estar sin faltas ni vivir sin fastidio y dolor. Con gusto quisiéramos descansar de toda deficiencia pero debido a que hemos perdido la inocencia inicial con ella se nos fue también la verdadera felicidad. Por eso conviene tenernos paciencia y vivir en la espera de la misericordia de Dios hasta que acabe la malicia y la mortalidad sea absorbida por la vida.
6. ¡Qué grande es la fragilidad humana, que siempre se inclina hacia lo malo!. Hoy día confiesas tus pecados y mañana los vuelves a cometer. Ahora propones tener cuidado de ti mismo y una hora después actúas como si nada hubieras propuesto. Con razón, pues, nosotros mismos podemos avergonzarnos, y jamás sentirnos grandes ya que somos tan quebradizos e inestables. Rápidamente puedes perder por descuido lo que has adquirido con tan gran esfuerzo por el favor de Dios.
7. ¿Qué irá a ser de nosotros al final que nos hemos entibiado tan pronto? Pobres de nosotros si queremos declinar hacia el descanso cuando ni siquiera aparece en nuestro trato alguna señal de verdadera santidad. ¡Qué bien nos haría ser de nuevo instruidos en óptimas costumbres, como sencillos principiantes, si hubiera alguna positiva esperanza de mayor provecho espiritual!
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración recitando las preces de las letanías del santo nombre de Jesús.
PRECES DE LAS LETANÍAS
DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS
Jesús, óyenos. Jesús, óyenos
Jesús, escúchanos. Jesús, escúchanos
Sednos propicio, perdónanos, Jesús
Sednos propicio, escúchanos, Jesús
De todo mal, líbranos, Jesús
De todo pecado, líbranos, Jesús
De tu ira, líbranos, Jesús
De las asechanzas del demonio, líbranos, Jesús
Del espíritu impuro, líbranos, Jesús
De la muerte eterna, líbranos, Jesús
Del menosprecio de tus inspiraciones, líbranos, Jesús
Por el misterio de tu santa encarnación, líbranos, Jesús
Por tu natividad, líbranos, Jesús
Por tu infancia, líbranos, Jesús
Por tu divinísima vida, líbranos, Jesús
Por tus trabajos, líbranos, Jesús
Por tu agonía y pasión, líbranos, Jesús
Por tu cruz y desamparo, líbranos, Jesús
Por tus sufrimientos, líbranos, Jesús
Por tu muerte y sepultura, líbranos, Jesús
Por tu resurrección, líbranos, Jesús
Por tu ascensión, líbranos, Jesús
Por tu institución de la santísima eucaristía, líbranos, Jesús
Por tus gozos, líbranos, Jesús
Por tu gloria, líbranos, Jesús
Oremos:
Señor nuestro Jesucristo, que dijiste: pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán; te suplicamos nosotros que pedimos la ternura de tu divino amor, que, amándote de palabra, de obra y de todo corazón, nunca dejemos de bendecir tu santo nombre.
Haz, Señor, que reine siempre en nosotros un temor respetuoso y un amor ardiente a tu santo nombre; ya que tu providencia no abandona jamás a los que has establecido en la solidez de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.