Capítulo 19.1.
LA ACTIVIDAD DEL BUEN RELIGIOSO.
CONSEJOS ÚTILES PARA LA VIDA ESPIRITUAL
Libro primero De la imitación de Cristo
ORACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y hagamos un acto de fe, esperanza y caridad:
ACTO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD
Creo en Dios Padre; Creo en Dios Hijo; Creo en Dios Espíritu Santo; Creo en la Santísima Trinidad; Creo en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Espero en Dios Padre; Espero en Dios Hijo; Espero en Dios Espíritu Santo; Espero en la Santísima Trinidad; Espero en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Amo a Dios Padre; Amo a Dios Hijo; Amo a Dios Espíritu Santo; Amo a la Santísima Trinidad; Amo a mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Amo a María santísima, madre de Dios y madre nuestra y amo a mi prójimo como a mí mismo.
Amo a San José, a los ángeles y a mis hermanos los santos, particularmente a mis santos patrones y protectores. Amo a los que me aman, mis familiares y amigos, amo a los que me odian y a los que les soy molesto o indiferente. Amo a los que he hecho mal o he inducido a pecar. Pido para ellos y para mí, las gracias necesarias para la salvación. Amén.
Capítulo 19. Primera parte
LA ACTIVIDAD DEL BUEN RELIGIOSO.
1. La vida del buen religioso debe relucir con toda clase de virtudes para que sea interiormente como aparece por fuera; y debe ser mejor por dentro que como se aprecia de fuera porque nuestro inspector es Dios a quien debemos el máximo respeto donde sea que estemos y debemos andar tan puros como ángeles en su presencia. Cada día tenemos que renovar nuestros propósitos y animarnos al fervor como si hoy fuese el primer día de nuestra conversión, y decir: "Ayúdame Señor Dios en el buen propósito de tu santo servicio y haz que hoy día empiece perfectamente porque nada he hecho hasta ahora".
2. Según nuestro propósito será el camino de nuestro aprovechamiento y debe poner mucho empeño el que quiere aprovechar bien. Si el que propone firmemente, con frecuencia decae ¿qué será del que rara vez o con menos firmeza propone? Sucede que de diversas maneras desertamos de nuestros propósitos y una pequeña omisión de los ejercicios no pasa sin detrimento. Los propósitos de los santos penden más de la gracia de Dios que del propio saber y en Dios siempre confían cuando algo acometen. Porque el hombre propone pero Dios dispone y no está en poder del hombre su camino (Jr 10, 23).
3. Si por causa de la compasión o por utilidad del prójimo se suspende de vez en cuando el cumplimiento de los ejercicios acostumbrados, con posterioridad puede fácilmente recuperarse. Sin embargo, abandonarlos simplemente por fastidio o negligencia es una actividad muy culpable y se sentirá que hace daño. Esforcémonos cuanto podamos porque así y todo fallaremos con facilidad en muchas cosas. No obstante, siempre debe proponerse algo muy concreto principalmente contra aquello que más se opone a nuestro progreso. Debemos escrutar por igual nuestras actividades exteriores e interiores porque todas tienen que ver con nuestro aprovechamiento.
4. Si no eres capaz de recogerte en ti mismo continuamente, quizás puedas algunas veces en el día, o al menos una vez cada día, ya sea temprano o al atardecer. Propón por la mañana y al final del día examinar tus obras, porque es posible que hayas ofendido muchas veces a Dios y al prójimo. Ármate con todas tus fuerzas contra las maldades diabólicas, frena la gula y podrás frenar con mayor facilidad tus bajas inclinaciones. Nunca estés del todo ocioso, sino lee, escribe, reza, medita o desarrolla alguna labor útil para la comunidad. Sin embargo las actividades físicas deben realizarse con discreción, porque no convienen por igual para todos.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración recitando las preces de las letanías del santo nombre de Jesús.
PRECES DE LAS LETANÍAS
DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS
Jesús, óyenos. Jesús, óyenos
Jesús, escúchanos. Jesús, escúchanos
Sednos propicio, perdónanos, Jesús
Sednos propicio, escúchanos, Jesús
De todo mal, líbranos, Jesús
De todo pecado, líbranos, Jesús
De tu ira, líbranos, Jesús
De las asechanzas del demonio, líbranos, Jesús
Del espíritu impuro, líbranos, Jesús
De la muerte eterna, líbranos, Jesús
Del menosprecio de tus inspiraciones, líbranos, Jesús
Por el misterio de tu santa encarnación, líbranos, Jesús
Por tu natividad, líbranos, Jesús
Por tu infancia, líbranos, Jesús
Por tu divinísima vida, líbranos, Jesús
Por tus trabajos, líbranos, Jesús
Por tu agonía y pasión, líbranos, Jesús
Por tu cruz y desamparo, líbranos, Jesús
Por tus sufrimientos, líbranos, Jesús
Por tu muerte y sepultura, líbranos, Jesús
Por tu resurrección, líbranos, Jesús
Por tu ascensión, líbranos, Jesús
Por tu institución de la santísima eucaristía, líbranos, Jesús
Por tus gozos, líbranos, Jesús
Por tu gloria, líbranos, Jesús
Oremos:
Señor nuestro Jesucristo, que dijiste: pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán; te suplicamos nosotros que pedimos la ternura de tu divino amor, que, amándote de palabra, de obra y de todo corazón, nunca dejemos de bendecir tu santo nombre.
Haz, Señor, que reine siempre en nosotros un temor respetuoso y un amor ardiente a tu santo nombre; ya que tu providencia no abandona jamás a los que has establecido en la solidez de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.