Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Se celebra hoy a San Alberto, apellidado "Magno", obispo y
doctor en Iglesia, que ingresó en la Orden de Predicadores en París, enseñó de
palabra y en sus escritos las disciplinas filosóficas y divinas, y fue maestro
de santo Tomás de Aquino, uniendo maravillosamente la sabiduría de los santos
con la ciencias humanas y naturales. Después se vio obligado a aceptar la sede
episcopal de Ratisbona, esforzándose asiduamente en fortalecer la paz entre los
pueblos, pero al cabo de un año prefirió la pobreza de la Orden a toda clase de
honores y murió santamente en Colonia en el año 1280.
Señor
mío Jesucristo…
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración
de Jesús en el Huerto
“Lo
más provechoso en nuestra vida es lo que nos sirve para el perdón de los
pecados y la plenitud de la gracia. Él, el Padre de los espíritus, nos instruye
en lo que es provechoso para recibir su santificación. Su santificación
consiste en su sacrificio, esto es, en su ofrecimiento sacramental, cuando se
ofrece al Padre por nosotros y se ofrece a nosotros para nuestro provecho.”
2. La
flagelación de Jesús atado a la columna.
““Para
la verdadera caridad, es gran motivo, el verdadero y perfecto conocimiento del
bien, porque en él está encerrada la materia de todo el amor. Es a saber, la
nobleza, la santidad, la potencia, la sabiduría, y providencia, etc. También es
grande estímulo para ejercitar esta caridad, el amor eterno con que el Señor
nos ama, inmenso, continuo y fidelísimo.”
3. La
coronación de espinas
“Querer
bien a quien me quiere, la naturaleza nos lo enseña, la cual no merece vida
eterna; mas amar de veras al que no nos ama, es gracia Divina.”
4. Nuestro
Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Muchos
creen que les basta desear al prójimo la vida eterna, la cual ellos ni se la
pueden dar, ni quitar; y así también la desean a los infieles y paganos: y no
quiere acordar que habiendo el Señor dado la vida por sus enemigos, nosotros
estamos obligados a dar no solamente la hacienda, sino también la vida por
nuestros hermanos y cristianos en tiempo de necesidad.”
5. La
crucifixión y muerte del Señor
“Estando
junto a la Cruz de su Hijo la Bienaventurada Virgen, Ella sola tuvo fe y
compasión del crucificado, que era Dios y hombre al mismo tiempo… Y así sólo a
Ella le fue dado este privilegio, a saber, comunicar el mérito de la Pasión. Para
hacerla partícipe del beneficio de la Redención, quiso Dios que fuese también
partícipe de la pena de la pasión. Como colaboradora de la Redención, por su
compasión, así fue hecha Madre de todos por la Recreación. El mundo está muy
obligado a Dios por su Pasión por nosotros, y también lo está a la Virgen María
por su Compasión.”