lunes, 29 de junio de 2015

MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA. 29 de junio


MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA.
29 de junio

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad. Con las mismas palabras de la Santa decimos: 
Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, pues me criasteis,  vuestra, pues me redimisteis,
vuestra, pues que me sufristeis,  vuestra pues que me llamasteis,
vuestra porque me esperasteis, vuestra, pues no me perdí:
¿qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón,  yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención, pues por vuestra me ofrecí. Amén.

REFLEXIÓN
PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El Señor nos manda: Estad en vela
Jesús, hablando de su segunda venida, nos exhorta a la vigilancia, a estar preparados porque no sabemos el día ni la hora.
San Gregorio Magno comentado el Evangelio dice: “Vela aquel que tiene los ojos abiertos en presencia de la verdadera luz; vela aquel que observa en sus obras lo que cree; vela aquel que ahuyenta de sí las tinieblas de la indolencia y del  ignorancia”.
Velar es, por tanto, en primer lugar, abrir los ojos y mantenerlos abiertos para reconocer la presencia de Jesús en medio de nosotros, en su Iglesia, en el mundo, en los sacramentos, en los hermanos… 
Velar es también ser coherentes en nuestra vida con aquello que creemos. Velar es que nuestras obras correspondan con la fe que profesamos.
Velar es ahuyentar de nuestra vida las tinieblas de la indolencia y de la ignorancia, la pereza, la insensibilidad, la indiferencia y todo aquello que nos aparta de Dios y que nos impide caminar hacia él.
Pidamos la gracia de perseverar siempre en la gracia y el bien.
Hagamos un acto de reparación por aquellos que habiendo conocido el amor de Dios han dejado que su fe languideciese.
LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS