MES
DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA
28
de junio
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa
Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia
nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad.
Con las mismas palabras de la Santa decimos:
Vuestra
soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Vuestra
soy, pues me criasteis, vuestra, pues me redimisteis,
vuestra,
pues que me sufristeis, vuestra pues que me llamasteis,
vuestra
porque me esperasteis, vuestra, pues no me perdí:
¿qué mandáis hacer de mí?
Veis
aquí mi corazón, yo le pongo en vuestra palma,
mi
cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y
afición;
dulce
Esposo y redención, pues por vuestra me
ofrecí. Amén.
MEDITACIÓN
PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El Señor nos manda: Haced penitencia
Hacer penitencia por nuestros propios
pecados constituye para el hombre pecador el medio de obtener el perdón y de
alcanzar la salvación eterna. La penitencia es condición indispensable para la
santidad.
Jesús no inicia su predicación con la
revelación inmediata de las sublimes verdades de la fe, sino con la invitación
a purificar la mente y el corazón de cuanto pudiera impedir la fructuosa
acogida de la buena nueva: “Desde entonces en adelante comenzó Jesús a predicar
y a decir: Haced penitencia, porque el Reino de los Cielos está cerca” (Mt 4,
17).
La penitencia es la respuesta del
corazón arrepentido al amor misericordioso de Dios. Implica el dolor
sobrenatural de haber ofendido a Dios y el rechazo de los pecados cometidos,
así como el firme propósito de no volver pecar poniendo la confianza en la
ayuda del Señor.
Hemos de hacer penitencia, por nuestros
pecados, por los de toda la humanidad, por alcanzar gracias y favores, para
luchar contra las tentaciones… Ayuno,
oración y limosna son las formas habituales de penitencia, pero toda obra hecha
con la intención de agradar a Dios se puede convertir en una obra penitencial.
Pidamos la gracia de la conversión: de
volvernos cada día hacia Dios.
Hagamos un acto de reparación por la
ingratitud de muchos ante la bondad de Dios.
LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS