MES
DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA
27
de junio
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa
Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia
nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad.
Con las mismas palabras de la Santa decimos:
Vuestra
soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Dadme,
pues, sabiduría, o por amor, ignorancia;
dadme
años de abundancia, o de hambre y carestía;
dad
tiniebla o claro día, revolvedme aquí o allí: ¿qué mandáis hacer de mí?
Veis
aquí mi corazón, yo le pongo en vuestra
palma,
mi
cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y
afición;
dulce
Esposo y redención, pues por vuestra me
ofrecí. Amén.
MEDITACIÓN
PARA
VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El
Señor nos manda: Sufrir con paciencia los defectos del prójimo
La convivencia y el trato con el
prójimo no es tarea fácil. Cada persona tiene su propia singularidad, su propia
forma de hacer las cosas, de reaccionar ante los acontecimientos… Muchas veces
los conflictos con las personas con las que convivimos vienen porque nos
gustaría que fuesen a nuestra imagen y semejanza o como nosotros quisiésemos
que fueran…
Entendemos por defectos aquellas
deficiencias involuntarias en nuestro comportamiento y carácter, pero que no se
oponen de forma deliberada y consciente a la ley de Dios. Sufrir con paciencia
los defectos del prójimo no es hacernos cómplices del mal, del pecado o del
error.
Ante nuestros propios defectos y los
del prójimo hemos de ejercitar la paciencia
y la caridad; superando la animadversión y antipatía que producen en
nosotros. El amor al prójimo lleva a aceptar al otro tal y como es, y desde esa
aceptación amarlo.
Cuando veamos un defecto o algo que no
nos guste en los demás, hemos de recordar lo que Jesús nos enseña: “¿Por qué
miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga
que está en tu propio ojo? Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con
claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.” Mt 7, 3.5
Pidamos la luz del Espíritu Santo para
ver nuestros defectos y corregirlos.
Pidamos perdón por tantos juicios y
críticas hacia el prójimo.