MES
DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA
24
de junio
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa
Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia
nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad.
Con las mismas palabras de la Santa decimos:
Vuestra
soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Dadme
muerte, dadme vida: dad salud o
enfermedad,
honra
o deshonra me dad, dadme guerra o paz
crecida,
flaqueza
o fuerza cumplida, que a todo digo que sí: ¿qué mandáis hacer de mí?
Veis
aquí mi corazón, yo le pongo en vuestra
palma,
mi
cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y
afición;
dulce
Esposo y redención, pues por vuestra me
ofrecí. Amén.
MEDITACIÓN
PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El Señor nos manda: Dar buen consejo al que lo necesita.
La vida presenta habitualmente
situaciones difíciles de resolver. Nos vemos muchas veces incapaces o indecisos
de tomar una decisión o de saber de qué forma actuar. Todos tenemos experiencia
de haber sido ayudados en esos momentos por un consejo del confesor, del
director espiritual, de un amigo…
“Dar buen consejo al que lo necesita”
implica varios aspectos que debemos tener en cuenta:
Primero. Nadie es autosuficiente. Todos
necesitamos la ayuda y el consejo de los demás. Creer que somos capaces de todo
y que todo lo sabemos es una arrogancia pecaminosa que nos llevará muchas veces
al fracaso. Hemos de tener la humildad de saber acudir al hermano, de abrirle
nuestro corazón, de pedirle ayuda. Hemos de tener la humildad también de saber
aceptar las opiniones que discrepan con la nuestra.
Segundo. Así como nos gusta ser
ayudados y recibir un buen consejo, hemos de tener la capacidad de ayudar a los
demás, de escucharlos y de involucrarnos en sus problemas, venciendo la
tentación de la comodidad y el egoísmo.
Tercero. No hemos de olvidar que el
mejor consejero es el Espíritu Santo. En la medida que le dejemos actuar en
nosotros, él orientará nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras
intenciones según el corazón de Dios.
Pidamos que el Espíritu Santo nos
conceda el don de consejo para hacer siempre la voluntad de Dios.
Hagamos un acto de reparación por
aquellos pecados de egoísmo e indiferencia hacia el prójimo necesitado de
consejo o de una palabra de ánimo.
LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS