LUNES
DE LA III SEMANA DE CUARESMA
Forma Extraordinaria del
Rito Romano
Él les dijo: «Seguramente me vais a
decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha
sucedido en Cafarnaún, hazlo también aquí en tu patria.» Y añadió: «En verdad
os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.» «Os digo de verdad:
Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo
por tres años y seis meses y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de
ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos
leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue
purificado sino Naamán, el sirio.» Al oír estas cosas, todos los de la sinagoga
se llenaron de ira y, levantándose, le
arrojaron fuera de la ciudad y le llevaron a una altura escarpada del monte
sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle. Pero él, pasando por
medio de ellos, se marchó.