domingo, 15 de marzo de 2015

EVANGELIO DEL DÍA: Este sin duda es el gran profeta que ha de venir al mundo. Por lo cual, conociendo Jesús que habían de venir para llevárselo por fuerza, y levantarle por rey, huyó él solo otra vez al monte.


DOMINGO IV SEMANA DE CUARESMA
Forma Extraordinaria del Rito Romano

Después de esto pasó Jesús al otro lado del mar de Galilea, que es el lago de Tiberíades.  Y como le siguiese una gran muchedumbre porque veían los milagros que hacía con los enfermos,  subió a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.  Se acercaba ya la Pascua, que es la gran fiesta de los judíos.  Habiendo, pues, Jesús levantado los ojos, y viendo venir hacia sí un grandísimo gentío, dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos panes para dar de comer a toda la gente?  Mas esto lo decía para probarle, pues bien sabía él mismo lo que había de hacer.  Le respondió Felipe: Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno de ellos tome un bocado.  Le dijo uno de sus díscipulos, Andrés, hermano de Simón Pedro: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos peces: mas ¿qué es esto para tanta gente?  Pero Jesús dijo: Haced sentar a esas gentes. El sitio estaba cubierto de hierba. Se sentaron, pues, cerca de cinco mil hombres.  Jesús entonces tomó los panes; y después de haber dado gracias a su eterno Padre, los repartió por medio de sus discípulos entre los que estaban sentados, y lo mismo hizo con los peces, dando a todos cuanto querían.  Después que quedaron saciados, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que han sobrado para que no se pierdan.  Lo hicieron así, y llenaron doce cestos de los pedazos que habían sobrado de los cinco panes de cebada, después que todos hubieron comido.  Visto el milagro que Jesús había hecho, decían aquellos hombres: Este sin duda es el gran profeta que ha de venir al mundo.  Por lo cual, conociendo Jesús que habían de venir para llevárselo por fuerza, y levantarle por rey, huyó él solo otra vez al monte.
Juan 6,1-15.