LUNES SANTO: UNCIÓN EN BETANIA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Seis días
antes de la Pascua volvió Jesús a Betania, donde vivía Lázaro a quien Jesús
resucitó. Aquí le dispusieron una cena, Marta servía, y Lázaro era uno de
los que estaban a la mesa con él. Y María tomó una libra de ungüento o
perfume de nardo puro, y de gran precio, y lo derramó sobre los pies de Jesús,
y los enjugó con sus cabellos; y se llenó la casa de la fragancia del
perfume.
Por lo cual
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, aquel que le había de entregar,
dijo: ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios,
para limosna de los pobres? Esto dijo, no porque él pasase algún cuidado
por los pobres, sino porque era ladrón y teniendo la bolsa, llevaba o
defraudaba el dinero que se echaba en ella. Pero Jesús respondió: Dejadla
que lo emplee para honrar de antemano el día de mi sepultura. Pues en
cuanto a los pobres, los tenéis siempre con vosotros; pero a mí no me tenéis
siempre. Entretanto una gran multitud de judíos, luego que supieron que
Jesús estaba allí, vinieron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro,
a quien había resucitado de entre los muertos.
Juan 12,1-9.