MISTERIOS DOLOROSOS
Monición inicial:
Cercana ya el
Sagrado Triduo Pascual, la Iglesia nos invita a recoger nuestros sentidos e
introducirnos en los momentos culminantes de nuestra redención, uniéndonos
íntimamente a nuestro Señor Jesucristo y a su Madre y madre nuestra, la Virgen
Dolorosa.
Al contemplar
los misterios dolorosos, hemos de unirnos a Jesús paciente que como buen Pastor
da la vida por sus ovejas; y todo lo ha sufrido por amor a nosotros.
Señor mío Jesucristo...
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Tampoco Cristo se apropió la gloria
del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo te
he engendrado hoy. Como también dice en
otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec. El cual, habiendo ofrecido en los días de su
vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía
salvarle de la muerte, fue escuchado por
su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la
obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna
para todos los que le obedecen, proclamado por Dios Sumo Sacerdote a semejanza
de Melquisedec.” Hb 5, 5-10
2. La flagelación de Jesús atado a la
columna.
“Estos por la fe, fueron torturados,
rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor; otros soportaron
burlas y azotes, y hasta cadenas y prisiones; apedreados, torturados,
aserrados, muertos a espada; anduvieron errantes cubiertos de pieles de oveja y
de cabras; faltos de todo; oprimidos y maltratados, ¡hombres de los que no era
digno el mundo!, errantes por desiertos y montañas, por cavernas y antros de la
tierra.” Hb 11, 35-38
3. La coronación de espinas
“Necesitan paciencia en el sufrimiento
para cumplir la voluntad de Dios y conseguir así lo prometido. Pues todavía un
poco, muy poco tiempo; y el que ha de venir vendrá sin tardanza.” Hb 10, 36-37
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas
camino del Calvario
“Por tanto, también nosotros, teniendo
en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado
que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone, fijos
los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo
que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la
diestra del trono de Dios.” Hb 12, 1-2
5. La crucifixión y muerte del Señor
“Cristo habiendo sido probado en el
sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados.” Hb
2, 18