domingo, 15 de marzo de 2015

EL ROSARIO DE HOY CON SANTA LUISA DE MARILLAC


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: 
Entre las grandes santas del siglo XVII en Francia está santa Luisa de Marillac, que después de enviudar fundó junto con san Vicente de Paúl la congregación de las Hijas de la Caridad para ayuda de los necesitados.
Dicen de ella que su fervor al rezar el Rosario era tal, que las hermanas porfiaban por estar cerca de ella mientras lo rezaban. Pronunciaba cuidadosamente las palabras del Padrenuestro y del Avemaría, como saboreándolas y gustando sus dulzuras espirituales.
También nosotros queremos gozar de estar orando –hablando- con nuestra madre, la Virgen Santísima. Ofrecemos este misterio por las madres de familia para que sean transmisoras de la fe con su vida y sus palabras.
Señor mío Jesucristo... 
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
“El día de Pascua, mi meditación fue el deseo de resucitar con Nuestro Señor, y como sin muerte no hay resurrección, vi que eran mis malas inclinaciones las que debían morir y que debía quedar completamente destruida amortiguando toda mi vivacidad interior, lo que bien veía no podría yo conseguir por mí misma, pero me pareció que nuestro buen Dios me pedía mi consentimiento, que yo le di por entero, para operar El mismo lo que quería ver en mi.”
2.- La Ascensión del Señor
“Es la Humanidad de Jesucristo, unida a su Divinidad, la que nos juzga, tanto en el juicio particular como en el general; pero es un juez al que no se puede sobornar ni engañar, pero si conquistar por un amor verdadero, el cual le pediré, y recordar el temor que he tenido de los pecados que ahora permanecen ocultos para mi pero que entonces aparecerán en toda evidencia para confusión mía, si antes no me humillo y corrijo de ellos.”
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“Una de las mayores pérdidas que pueden sobrevenir a las almas que no participan en la venida del Espíritu Santo es que los dones infusos en el Bautismo no tienen su efecto; lo que nos hace comprender la verdad de una advertencia de Nuestro Señor a las almas cobardes y perezosas, de que no sólo no habrán conseguido nada, sino que lo poco que tienen les será quitado. Es verdaderamente colocarnos por nuestra miseria en la impotencia de que ni siquiera la gracia haga nada en nosotras. ¡Oh! ¡cuántas veces me he encontrado en tal estado! apartándome así del orden de los designios de Dios que son grandes sobre las almas a las que envía su Espíritu Santo. Esto me ha hecho ver que todos los desórdenes de la vida vienen por falta de darse a Dios para recibir al Espíritu Santo; y faltando sus dones, se aprecia una sorprendente diferencia en el obrar entre las personas que están animadas por ellos y las que no lo están, cuyo obrar es terreno y fuera de razón, como tantas veces por mi miseria lohe experimentado con los desórdenes de mis sentidos y pasiones.”
4.- La Asunción de María Santísima a los Cielos
“¡Oh Madre de la Ley de Gracia, pues eres Madre de la Gracia misma! Me parece que nunca te había reconocido como tal. Si el pueblo de Israel honraba tanto a Moisés por mediación de quien recibía la manifestación de la voluntad de Dios, ¡qué amor y servicio no te debo yo tributar por haber sido tú la que has dado al mundo al Dios de la ley de gracia! Quiero demostrarte mi agradecimiento, tanto con las alabanzas que deseo ofrecerte y ayudando al prójimo a conocer tus grandezas, como por una devoción completamente nueva y la confianza que quiero tener en el poder de que gozas ante Dios.”
5.- La Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.

“Soy toda tuya, Santísima Virgen, para ser más perfectamente de Dios. Y pues te pertenezco, enséñame a imitar tu santa vida, mediante el cumplimiento de lo que Dios quiere de mi. Con toda humildad reclamo tu ayuda; tú que conoces mi debilidad y ves mi corazón, dígnate suplir con tus súplicas lo que yo deje de hacer por mi impotencia y negligencia, y puesto que es de tu amado Hijo mi Redentor, de quien has recibido las heroicas virtudes que has practicado en este mundo, une el espíritu de mis acciones a su santa presencia, para gloria de su santo amor. ¡Que toda criatura honre tus grandezas, te mire como el medio seguro para ir a Dios y te ame con preferencia a cualquiera otra pura criatura, y que todas ellas te tributen la gloria que mereces como Hija muy amada del Padre, Madre del Hijo y digna Esposa del Espíritu Santo!.”