jueves, 26 de marzo de 2015

SANTO ROSARIO PARA EL TIEMPO DE PASIÓN MEDITADO CON LA CARTA A LOS HEBREOS


MISTERIOS LUMINOSOS
Monición inicial: 
Cercana ya el Sagrado Triduo Pascual, la Iglesia nos invita a recoger nuestros sentidos e introducirnos en los momentos culminantes de nuestra redención, uniéndonos íntimamente a nuestro Señor Jesucristo y a su Madre y madre nuestra, la Virgen Dolorosa.
Al contemplar los misterios luminosos, hemos de fijarnos en la resistencia y el rechazo en aceptar a Jesús a pesar de realizar signos y milagros.  
Señor mío Jesucristo... 

1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Si voluntariamente pecamos después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados, sino la terrible espera del juicio y la furia del fuego pronto a devorar a los rebeldes. Si alguno viola la Ley de Moisés es condenado a muerte sin compasión, por la declaración de dos o tres testigos. ¿Cuánto más grave castigo piensan que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza  que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia? Hb 10, 27-29
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“Permanezcan en el amor fraterno.  No se olviden de la hospitalidad; gracias a ella hospedaron algunos, sin saberlo, a ángeles. Acuérdense de los presos, como si estuvieran con ellos encarcelados, y de los maltratados, pensando que también ustedes tienen un cuerpo.” Hb 13, 1-3
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
“Sea la conducta de ustedes sin avaricia; contentos con lo que tienen, pues él ha dicho: No te dejaré ni te abandonaré; de modo que podamos decir confiados: El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?” Hb 13, 5-6
4.-La Transfiguración del Señor
“Vosotros os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación, y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel. Guárdense de rechazar al que les habla.” Hb 12, 22-25
5.- La Institución de la Eucaristía

 “Ofrezcamos sin cesar, por medio de Cristo, a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que celebran su nombre. No se olviden de hacer el bien y de ayudarse mutuamente; esos son los sacrificios que agradan a Dios.” Hb 13, 15-16