MISTERIOS LUMINOSOS
Monición inicial:
Cercana ya el
Sagrado Triduo Pascual, la Iglesia nos invita a recoger nuestros sentidos e
introducirnos en los momentos culminantes de nuestra redención, uniéndonos
íntimamente a nuestro Señor Jesucristo y a su Madre y madre nuestra, la Virgen
Dolorosa.
Al contemplar
los misterios luminosos, hemos de fijarnos en la resistencia y el rechazo en
aceptar a Jesús a pesar de realizar signos y milagros.
Señor mío Jesucristo...
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Si voluntariamente pecamos después de
haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por
los pecados, sino la terrible espera del juicio y la furia del fuego pronto a
devorar a los rebeldes. Si alguno viola la Ley de Moisés es condenado a muerte
sin compasión, por la declaración de dos o tres testigos. ¿Cuánto más grave
castigo piensan que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como
profana la sangre de la Alianza que le
santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia? Hb
10, 27-29
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“Permanezcan en el amor fraterno. No se olviden de la hospitalidad; gracias a
ella hospedaron algunos, sin saberlo, a ángeles. Acuérdense de los presos, como
si estuvieran con ellos encarcelados, y de los maltratados, pensando que
también ustedes tienen un cuerpo.” Hb 13, 1-3
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
“Sea la conducta de ustedes sin
avaricia; contentos con lo que tienen, pues él ha dicho: No te dejaré ni te
abandonaré; de modo que podamos decir confiados: El Señor es mi ayuda; no
temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?” Hb 13, 5-6
4.-La Transfiguración del Señor
“Vosotros os habéis acercado al monte
Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de
ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los
cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a
su consumación, y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión
purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel. Guárdense de
rechazar al que les habla.” Hb 12, 22-25
5.- La Institución de la Eucaristía
“Ofrezcamos sin cesar, por medio de Cristo, a
Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que celebran
su nombre. No se olviden de hacer el bien y de ayudarse mutuamente; esos son
los sacrificios que agradan a Dios.” Hb 13, 15-16