domingo, 29 de marzo de 2015

DOMINGO DE RAMOS CON SANTA TERESA DE JESÚS: QUIERO QUE MI SANGRE TE APROVECHE


QUIERO QUE MI SANGRE TE APROVECHE
De la paz que da el mundo en honras no tengo para qué deciros nada,
que a los pobres nunca se lo honra mucho.
En lo que os puede hacer mucho daño si no prestáis atención
es en las alabanzas;
que nunca acaba una vez que comienza, para después bajaros más.
Es lo más común decir que sois unas santas,
con palabras tan exageradas que parece los enseña el demonio.
Y así debe ser a veces, porque si lo dijesen en ausencia, pasaría;
mas en presencia, ¿qué fruto puede traer, sino daño?
Por amor de Dios os pido que nunca os pacifiquéis en estas palabras,
que poco a poco os podrían hacer daño y creer que dicen verdad,
o en pensar que ya es todo hecho y que lo habéis trabajado.
Vosotras nunca dejéis pasar palabras de alabanza
sin moveros guerra en vuestro interior,
que con facilidad se hace, si tenéis costumbre.
Acordaos cómo dejó el mundo a Cristo Nuestro Señor,
y qué ensalzado le había tenido el día de Ramos. (Mdt C 2, 13).


471  El día de Ramos, acabando de comulgar, quedé con gran suspensión, de manera que aun no podía pasar la Forma y, teniéndola en la boca, verdaderamente me pareció cuando volví un poco en mí, que toda la boca se me había llenado de sangre; y me parecía que también el rostro y toda yo estaba cubierta de  ella, como si entonces acabara de derramarla el Señor. Me parece que estaba caliente, y era excesiva la suavidad que entonces sentía, y me dijo el Señor: "Hija, yo quiero que mi sangre te aproveche, y no tengas miedo de que te falte mi misericordia; Yo la derramé con muchos dolores, y tú la gozas con gran deleite, como ves; bien te pago el convite que me hacías este día" (Cc 12ª, 1).