ENGOLFADA
EN ESTA AGUA VIVA
¡Oh, Señor mío, y quién se viese tan engolfada en esta agua
viva, que se le acabase la vida! Más, ¿no puede suceder esto? Sí, que puede
crecer tanto el amor y el deseo de Dios, que la humana naturaleza no lo pueda
soportar, y así ha habido personas que han muerto de amor (C 19, 8).